Las mujeres hablan hasta que tienen algo que decir.
Cuando las mujeres se besan, siempre recuerdan a los boxeadores profesionales cuando se estrechan las manos.
Hay mujeres que quieren tanto a sus maridos que, para no usarlos, toman el de sus amigas.
El celo de las mujeres es el amor.
Los celosos son los primeros que perdonan, todas las mujeres lo saben. "Los hermanos Karamázov" (1880), Fiódor Mijáilovich Dostoyevski
"Los hermanos Karamázov" (1880) Frases de "Los hermanos Karamázov" (1880) Frases de Fiódor Mijáilovich Dostoyevski
La mujer no existe. Sólo hay mujeres cuyos tipos varían al infinito.
Las mujeres comunes saben más de hombres que las mujeres hermosas. Pero las mujeres hermosas no necesitan saber de hombres, son los hombres los que tienen que saber de mujeres hermosas.
Las mujeres no simpatizan entre sí por los mismos motivos que agradan a los hombres.
Las mujeres, cuando aman, ponen en el amor algo divino. Tal amor es como el sol, que anima a la naturaleza.
Las mujeres y la música nunca deben tener fecha.
No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma.
Las costumbres hacen las leyes, las mujeres hacen las costumbres; las mujeres, pues, hacen las leyes.