El individuo es un objeto a la vez indivisible y poroso, lo suficientemente estable para permanecer igual cuando el biotopo varía y lo suficientemente poroso para dejarse penetrar, hasta el punto de convertirse él mismo en parte del medio ambiente. "El encantamiento del mundo" (1997), Boris Cyrulnik
Frases de "El encantamiento del mundo" (1997) Frases de Boris Cyrulnik