La bandera es la encarnación, no del sentimiento, sino de la historia.
En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida. "Mariana Pineda" (1927), Federico García Lorca
Frases de "Mariana Pineda" (1927) Frases de Federico García Lorca
Los países fascistas siempre exhiben un gran orgullo por su bandera. Las banderas me ponen incómodo.
Hoy mi deber era cantarle a la patria, alzar la bandera, sumarme a la plaza.
Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de perón y la bandera de mi pueblo. Y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria.
Entre las piedras y el fuego, frente a la tempestad o en medio de la sequía, por sobre las banderas del odio necesario y el hermosísimo empuje de la cólera, la flor de mi poesía busca siempre el aire, el humus, la savia, el sol, de la ternura.
Estamos decididos a que antes de que el sol se ponga sobre esta terrible lucha, nuestra bandera será reconocida en todo el mundo como un símbolo de la libertad por un lado, y de una fuerza arrolladora sobre el otro.
Patrias de nailon, no me gustan los himnos ni las banderas. "Rincón de Haikus" (1999), Mario Benedetti
"Rincón de Haikus" (1999) Frases de "Rincón de Haikus" (1999) Frases de Mario Benedetti
La vuestra es una bandera nueva; buscadle mantenedores entre los jóvenes, y en ellos entusiasmo, capacidad de sacrificio y energía. Decidles siempre la verdad, todo lo que queremos. Si aceptan, estaremos seguros de ellos.
El primer gobernante de una sociedad no debe tener más bandera que la ley; la felicidad común debe ser su norte, e iguales los hombres ante su presencia, como lo son ante la ley; sólo debe distinguir el mérito y la virtud para recompensarlos; al vicio y al crimen para procurar su castigo.
¿Confiesa que ha vivido? -Bueno, sigo vivo, sigo leyendo, sigo escribiendo y viendo películas, y como les dijo Arturo Prat a los suicidas de la Esmeralda, mientras yo viva, esta bandera no se arriará.
No estamos hablando de alzar un nuevo estandarte político, sino más bien de librar la vieja bandera socialista de aquellos que se han envuelto en sus pliegues.