01. Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
02. ¡Mi alma no le pertenece, amo! ¡No la ha comprado, ni puede comprarla! "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
03. No hay nadie más supersticioso que un hombre ateo. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
04. ¡Qué cosas más horribles hacen, y pueden hacer estas personas! "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
05. Cualquier persona capaz de sentir verdadera pena es capaz de hacer el bien. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
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06. La pereza es..."la esencia de la perversidad moral". "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
07. Es fuerte como un gigante y valiente como la muerte y la desesperación. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
08. Matar es un asunto feo, se mire como se mire, a hombre o a bestia. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
09. Es un gran error suponer que una mujer sin corazón sea fácil de contentar en los asuntos amorosos. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
10. Es un país libre, señor; el hombre es mío, y haré con él lo que me plazca. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
11. Lucharé hasta el último aliento, antes de dejar que se lleven a mi esposa y a mi hijo. ¿Me culpan ustedes? "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
12. Un aristócrata no se granjea la simpatía de la gente en ningún lugar del mundo, fuera de cierto nivel social. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
13. El esclavo no tiene nada. La ley lo considera en todos los aspectos tan privado de derechos como un paquete de mercancía. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
14. El negocio de cazar negros, nos atrevemos a recordarles, está en vías de convertirse en una profesión legal y patriótica. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
15. Los hombres son, por naturaleza, egoístas y desconsiderados con las mujeres. O, por lo menos, ésa es la impresión que tengo. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
16. Si los tratas como perros, conseguirás que trabajen y se comporten como perros. Trátalos como hombres, y conseguirás que trabajen como hombres. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
17. No poseían más que los pájaros del aire o las flores del campo; sin embargo, la felicidad no les permitía dormir. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
18. Los dolores que convulsionan las naciones en estos momentos no son sino los dolores de parto de una nueva hora de paz y fraternidad universales. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
19. ¡Qué bello y precioso para aquella madre el rostro de su hijo dormido, más apreciado aún por el recuerdo de los mil peligros pasados! "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
20. Era un hombre gigantesco y fuerte, nacido en áfrica, y parecía tener una cantidad descomunal del burdo instinto de libertad. Era un verdadero león africano. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
21. La humanidad se presenta hoy día de muchas maneras peculiares, y no hay límite a las cosas extrañas que dice y hace la gente humanitaria. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
22. (...) No es más cierto de esta raza que de cualquier raza oprimida del mundo. El esclavo siempre es un tirano si se le brinda la ocasión. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
23. El arpa de los sentimientos humanos está tan bien templada que sólo puede estropear su armonía un golpe que rompa todas las cuerdas a la vez. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
24. ¡Ay, con qué frescura, con qué solemnidad y belleza, nace cada nuevo día! Como si dijera al hombre insensato "¡Mira, tienes otra oportunidad! ¡Lucha por conseguir la gloria inmortal!". "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe
25. Si alguno de nuestros lectores refinados y cristianos se molestan por la sociedad en la que esta escena les introduce, les rogamos que hagan un esfuerzo por vencer sus prejuicios. "La cabaña del tío Tom" (1852), Harriet Beecher Stowe