Disfruta de estas 12 frases de "Yuria"... Obra donde Sabines recuperan poemas que habían sido excluidos en algunas ediciones anteriores.
Índice
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en las frases y pensamientos de "Yuria", de Jaime Sabines son: amor imposible, amor inquebrantable, conciencia de la muerte, paso del tiempo, sexualidad.
Frases de "Yuria"
01. Dame ahora tu boca: me la quiero comer con tu sonrisa.
02. Mansamente, insoportablemente, me dueles. Toma mi cabeza. Córtame el cuello. Nada queda de mí después de este amor.
03. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
04. ¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras me dirás que te amo? Esto es urgente porque la eternidad se nos acaba...
05. Si te sacas los ojos y los lavas en el agua purísima del llanto, ¿Por qué no el corazón ponerlo al aire, al sol, un rato?
06. Porque es necesario decir esto: para acabar con la Cuba socialista hay que acabar con seis millones de cubanos, hay que arrasar a Cuba con una guataca inmensa o echarle encima todas las bombas atómicas y los diablos.
07. No sé, a estas alturas, cómo decir las cosas que suceden. Soy un poco apagado, un poco triste, un poco incrédulo y vacío. Dejé pasar tres meses a propósito para mirar en mí, mirarte lejos, sano y salvo de ti, Cuba caliente.
08. Te quiero porque tienes las partes de la mujer en el lugar preciso y estás completa. No te falta ni un pétalo, ni un olor, ni una sombra. Colocada en tu alma, dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo, leche de luna en las oscuras hojas.
09. ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
10. Expertos bien intencionados y médicos amigos me recomiendan dietas y sistemas para prolongar la vida unos años más. Lo agradezco de todo corazón pero me río de tan vanas recetas y tan escaso afán. La muerte también ríe de todas esas cosas. La única recomendación que considero seriamente es la de llevar una mujer joven a la cama porque a estas alturas, la juventud solo puede llegarme por contagio.
11. Yo siempre estoy esperando a que los muertos se levanten, que rompan el ataúd y digan alegremente: ¿Por qué lloras? Por eso me sobrecoge el entierro. Aseguran las tapas de la caja, la introducen, le ponen lajas encima, y luego tierra, tras, tras, tras, paletada tras paletada, terrones, polvo, piedras, apisonando, amacizando, ahí te quedas, de aquí no sales. Me dan risa, luego, las coronas, las flores, el llanto, los besos derramados. Es una burla: ¿Para qué lo enterraron? , ¿Por qué no lo dejaron fuera hasta secarse, hasta que nos hablaran sus huesos de su muerte? ¿O por qué no quemarlo, o darlo a los animales, o tirarlos a un río?
12. Me preocupa el televisor. Da imágenes distorsionadas últimamente. Las caras se alargan de manera ridícula, o se acortan, tiemblan indistintamente, hasta volverse un juego monstruoso de rostros inventados, rayas, luces y sombras como en una pesadilla. Se oyen palabras claramente, la música, los efectos de sonido, pero no corresponden a la realidad, se atrasan, se anticipan, se montan sobre los gestos que uno adivina. Me dicen que un técnico lo arreglaría en dos o tres días, pero yo me resisto. No quiero la violencia: le meterían las manos, le quitarían las partes, le harían injertos ominosos, transplantes arriesgados y no siempre efectivos. No volvería a ser el mismo.