18 frases de Yo, otro: Crónica del cambio (Valaki más: a változás krónikája) de Imre Kertész... ¿Es el yo algo inamovible, o está sujeto al cambio? Un viaje existencial al través de varias ciudades europeas acerca de las tranformaciones que necesariamente afectan a las fibras más profundas de una persona.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Imre Kertész son: existencialismo, adaptarse al cambio, búsqueda de consuelo, pasiones, falta de libertad, miedos.
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Frases de Yo, otro: Crónica del cambio Imre Kertész
01. Todo consuelo conlleva una intensa sensación de mentira.
02. Se puede vivir la libertad allí donde hemos vivido nuestra esclavitud.
03. El espíritu de la época es de fin del mundo.
04. Mi nombre me inspiraba miedo. Y ahora también lo temo un poquito.
05. El abismo -a veces insuperable- que se abre entre el talento y la genialidad.
06. El ser humano, visto a través de la mente humana, resulta lastimosamente ridículo.
07. Mantengo una relación de reciprocidad con mi vida. ¿El nombre de esta relación? Servidumbre.
08. El escritor debe cuidarse sobre todo de volverse ingenioso cuando ya no tiene nada que decir.
09. Los innumerables pequeños errores individuales generan el gran error común. Y este error es nuestra única verdad.
10. Soy el protagonista ligeramente escéptico, pero aun así sensible, de la novela de formación que es mi vida.
11. Todo duerme profundamente, inmóvil en mi interior. Remuevo mis sentimientos y pensamientos como una carga de alquitrán tibio.
12. Es distinto ser apátrida en casa que en el extranjero, donde uno puede encontrar su hogar en la ausencia de una patria.
13. Sería un error suponer que mi vida es mía. Pero un error todavía más grave sería abandonarla, estropearla, echarla a perder.
14. La trampa de la personalidad la psicología, las pasiones. ¿Qué relaciones tenemos, de verdad, con nuestras pasiones y cuál es nuestra parte exacta en ellas?
15. Merece la pena visitar los escenarios en que se produjeron los acontecimientos decisivos de nuestras vidas, porque así tomamos conciencia de que no tenemos nada que ver con nosotros mismos.
16. Si la creación es obra del amor, entonces la destrucción, la muerte, ¿Sería obra del odio? ¿Nos crea el amor y nos destruye el odio? ¿Sería concebible que la muerte fuese obra del amor?
17. Los recuerdos son como perros abandonados, vagabundos, nos rodean, nos miran, jadean, aúllan alzando la vista a la luna; querrías ahuyentarlos, pero no se marchan, te lamen ávidamente la mano, y cuando les das la espalda, te muerden...
18. Sé por qué pasan hambre los hambrientos de mis sueños. Sé quién es aquel hombre. Sé quién es el perro. Sé por qué han de pasar hambre. Sé lo que les quito. Sé por qué he de verlos. Lo sé todo. Sé que nunca me abandonará la tortura de mi saber.