Frases de La última tribu

La última tribu

17 frases de La última tribu (La dernière tribu) de Éliette Abécassis... Los restos momificados de un hombre asesinado dos mil años atrás son descubiertos en un santuario a las afueras de Kyoto. Ary Cohen iniciará una búsqueda que lo llevará de Israel a Japón, y de allí a Tíbet y la India.

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Frases de La última tribu Éliette Abécassis

01. Debes saber que el buen humor constituye una vía hacia el despertar; en tanto que el mal humor conduce directamente a la prisión de los sentidos.


02. Sólo el espíritu de la alegría es capaz de sobreponerse a los problemas a que te enfrentas.


03. Vestida, preparada como una geisha...Estaba allí, real e irreal a la vez, próxima y distante, tal como siempre la había conocido y enteramente extraña.


04. Vista de lejos, se diría que es una ciudad irreal, un espejismo vetusto y sombrío. De cerca es diferente.


05. Era increíble, era absolutamente irreal y era cierto. Ese hombre tenía dos mil años. Por un instante deseé que despertara y desvelara su secreto, como un viejo manuscrito, pero estaba inmóvil en su ámbito frío, en su eternidad muerta, petrificado, fijado para siempre en su impresión de evanescencia.


06. Creo que de inmediato supe que la amaba, por más que sepulté ese sentimiento en el fondo de mi ser durante años y en medio de mil tormentos. Era como si el corazón, mucho antes que la razón, presintiera la verdad profunda de las cosas, olvidada y disfrazada por los prejuicios de la vida.


07. En Japón, de día, la blancura de la luz deslumbra. De noche, si la luna no brilla, no se distingue nada en la oscuridad. Por esa razón creamos jardines; así, podemos meditar.


08. Una verdadera creación no viene espontáneamente, sino de saber recibir con humildad lo que se presenta a nosotros.


09. Leía a fin de acceder a la iluminación del espíritu, que permite asumir la renunciación y el rechazo del samsara.


10. (...) Para penetrar el sentido de los textos, para realizar el vínculo esencial entre cuerpo y espíritu.


11. Hay que distinguir todo lo que oculta la sombra. Si es grandeza, trasciende el universo. Si se trata de pequeñez, entra en el polvo más minúsculo.


12. Has de saber que, por poderosos que sean los pensamientos, no son sino pensamientos y acabarán por desvanecerse.


13. ¿Trazar una palabra no es hablar? Es como crear un lazo de unión con el universo.


14. Él era el espejo que reflejaba la imagen de mí, tal como era. Me ayudaba a no dejarme atrapar en el fuego de la autoilusión, y su presencia silenciosa me aplacaba, me daba mayor profundidad.


15. Cada día me parecía ser diferente. Cada día renunciaba un poco más a mi anterior estilo de vida.


16. Toda la felicidad del mundo procede de los pensamientos altruistas; y toda su desgracia, de la búsqueda del bien propio.


17. Y experimenté la sensación de un gran silencio. ¿Para qué tantas palabras? "El necio está atado a su propio interés, y el Buda se consagra al interés de los demás".

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