
29 frases de Un feliz acontecimiento (Un heureux événement) de Éliette Abécassis... Una joven pareja enamorada decide tener un hijo. Debería ser el inicio de una gran felicidad, el comienzo de una nueva vida... Una visión diferente de la maternidad, alejada de los tópicos.
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Frases de Un feliz acontecimiento Éliette Abécassis
01. Bastaba un pestañeo o una sonrisa para que mi corazón se sobresaltara. Bastaba una mirada. Era evidente. Había pasado algo entre nosotros, algo único y loco, como un arrebato. Todos mis deseos y todos mis fantasmas se cristalizaban en él.
02. No vivía más que para él. Fue después de nuestro encuentro, en Italia, tierra bendita de nuestro amor.
03. Venecia, el hotelito, por la noche, delante del agua, uno junto al otro...La luna, todavía, reflejada en el mar adormecido. Las miradas se deslizaban como las góndolas. Y luego Florencia, en el Ponte Vecchio, solos en el mundo. La campiña toscana, la granja al final del camino...
04. Estaba pegada a él, bajo el cielo del primer día, la luna estaba en el sol, y el sol acariciaba a la luna, ese día había un eclipse, el único eclipse de nuestra historia.
05. Según el budismo existen cuatro verdades nobles. El sufrimiento, la causa del sufrimiento, es decir, el deseo egoísta, el cese del sufrimiento, es decir, el Nirvana, y la vía del Justo Medio. El nacimiento es sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento; estar unido a lo que se ama es sufrimiento, estar separado de lo que se ama es sufrimiento, no tener lo que se desea es sufrimiento; en resumen: los cinco conglomerados del apego son sufrimiento. ¿Cuál es la noble verdad sobre el fin del sufrimiento? Es el cese completo, la extinción total del deseo del que es preciso liberarse con el fin de estar liberado.
06. El disfrute de los sentidos sigue siendo la mayor y única felicidad del hombre.
07. Era algo visceral y evidente, natural y original. Algo orgánico y que no se puede desarraigar. ¿Tal vez el amor era eso?
08. ¿Qué nos había pasado? ¿Seríamos capaces de recuperar nuestra vida de antaño? Nuestros abrazos, nuestras caricias, nuestras palabras de amor...La visión que tenía del sexo después del embarazo era tan distinta...Ya no me molestaba enseñárselo a mi ginecólogo. Antes me incomodaba, pero desde ahora era como una mano o un pie, estaba desacralizado, me lo habían tocado tanto y de una manera tan orgánica que eso ya no tenía sentido. El sexo por fuera era utilitario. La sexualidad ya no existía. Porque la sexualidad es el tabú, es lo sagrado. Si se enseña como una mano o un brazo, entonces en el sexo ya no hay nada sexual.
09. El erotismo no se nutre más que del límite y de lo prohibido.
10. El nacimiento había roto el tabú. Ya nada era sexual. Incluso el sexo no era sexual.
11. Es imposible saber cómo será el futuro, es imposible amarse y es imposible renunciar a amarse, así era nuestra condición. Hacer preguntas, no encontrar nunca las respuestas, no saber si es posible pero intentar siempre lo imposible intentando salir del paso, renunciar a la felicidad al buscarla, zambullirse en el fondo de la desgracia y tocar fondo para reaparecer, recuperar el arrebato del principio, tener un hijo y sacrificar la felicidad propia por su felicidad, sacrificarse para pasar el relevo sin querer renunciar a la propia vida, y sin embargo hacerlo porque esto va así, resolver todas esas ecuaciones, o no, reproducir, reproducirse, repetir los errores del pasado, vivir bajo el imperio de los padres, liberarse de él para enlazarse mejor a los hijos, ser feliz, sí, pero sólo por un instante...La vida, vaya, y todo lo que esperamos de ella...
12. Veía la vida como un oleaje ininterrumpido y yo era la que recibía, atravesada por cada acontecimiento. Era, en ese instante, el acontecimiento. ¿Pero qué acontecimiento? Y de repente, tuve una iluminación.
13. Todo había sido tan rápido...El bebé, la mudanza, el cambio de trabajo...Mientras la niña dormía, deshice mis cajas de cartón donde estaba toda mi vida. Antiguas fotos de las vacaciones, antiguas cartas de novios olvidados, palabras tiernas. Vivimos sin darnos cuenta y un buen día envejecemos. Las fotos se acumulan en las cajas, junto a postales y billetes de avión usados. Y el tiempo pasa, reduciéndolo todo a nada, dominando los seres y las cosas, magnífico, impresionante, el tiempo como el verdadero Dios del hombre, que lo crea y lo reduce a polvo.
14. En la vida hay momentos tan intensos que uno no se pregunta nada. Pero la mayoría de las veces, cuando uno se pregunta eso, es que no es feliz.
15. Hay felicidades increíbles, absolutas, que desaparecen, y hay felicidades tranquilas y discretas que saben instalarse en el salón alrededor de una taza de té. También son momentos de felicidad.
16. Querría hablar de la felicidad de dar el pecho. Del placer que da ver esa boquita mamar, de ese saber que tiene el bebé de forma innata, de la manera en que busca el pecho, en que se llena de su olor, respirando, aspirando, disfrutando con todo su cuerpo...
17. Para el bebé, el tiempo no existe.
18. A las dos de la mañana, miraba a mi bebé mamar. La vida no es otra cosa que una repetición de ese acto, una búsqueda del seno de la madre. No aspiramos más que a volver a la unidad, al centro, al paraíso del hijo junto a la madre. Quizá el amor sea una búsqueda de ese paraíso.
19. El verdadero amor es aquél que se construye en la evolución del tiempo, no aquél que se repite de forma idéntica a como lo deseamos en nuestro fantasma. El amor no se apaga. El amor evoluciona. Cambia de paradigma.
20. El amor al principio es ardiente y pasional, esquizofrénico y maniaco depresivo como el bebé, y luego crece y se vuelve maduro, sólido, reflexivo, se posa, y entonces se eleva. Pero eso es algo que no sabemos y simplemente decimos que se acaba.
21. ¿De qué sirve la amistad si no está presente ni en los momentos de desgracia ni en los de felicidad? ¿Por qué los amigos nos abandonan precisamente en los momentos extremos de la vida, cuando más los necesitamos? ¿De qué sirve la amistad si no está en esos instantes? ¿De qué sirve vivir si el amor no existe y la amistad es una engañifa?
22. Resumiendo: ¿Por qué tenemos hijos? Por Amor, por Aburrimiento y por Miedo a la Muerte. Los tres componentes esenciales de la vida. Tener un hijo está a nuestro alcance y sin embargo pocos futuros padres conocen la verdad: que es el fin de la vida.
23. Si el amor es sentir el corazón palpitar solamente cuando creemos que vamos a perderlo, entonces no me basta. E incluso, si el amor evoluciona, quiero pensar que existe. Si no, me da igual vivir o no.
24. (...) La leche materna y el pecho son esa generosidad.
25. Ella me enseñaba qué es el entusiasmo. Cuando veía algo o alguien que le gustaba, saltaba de alegría. Me enseñaba la importancia del placer. Ella vivía su placer de forma total y plena. También me había enseñado que para poder recibir, hay que confiar.
26. Es verdad, ella trastornó mi vida. Y sin embargo, era sólo un bebé. Pero me empujó a mi propio atrincheramiento, hizo que rebasara todos mis límites, me enfrentó al absoluto: al abandono, a la ternura, al sacrificio. Me dislocó y me alumbró. Yo era su hija. Desde ahora, yo era su criatura.
27. La lactancia es una experiencia tan increíble en la sociedad tecnológica en la que vivimos que requiere documentarse con detalle. En definitiva, requiere reaprender a ser animal, lo cual es complicado cuando se es una mujer activa que trabaja con ordenador, que llama con teléfono móvil y envía mensajes multimedia, pero que ha olvidado cómo darle el pecho a una cría de humano.
28. ¡Felices indecisiones de las parejas sin hijos! Entonces les parece que la vida es eso, una sucesión de decisiones sin consecuencia.
29. Años de individualismo reducidos a la nada, así, de repente.