Frases de La maravilla del dolor

La maravilla del dolor

24 frases de La maravilla del dolor (Un merveilleux malheur) de Boris Cyrulnik... Así como la felicidad no es un estado inmutable, tampoco lo es la desdicha. Es posible producir la metamorfosis del padecimiento en bienestar, gracias a la resiliencia.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Boris Cyrulnik son: resiliencia, enfrentar las adversidades, superación de las dificultades, lazos emocionales y afectivos, neurociencia, esperanza, optimismo, aprendizaje a partir del dolor, búsqueda de significado.

Frases de Boris Cyrulnik Libros de Boris Cyrulnik

Frases de La maravilla del dolor Boris Cyrulnik

01. Basta con ser, para ser superior.


02. Cuantos menos conocimientos se tienen, mayores son las convicciones.


03. Todo hombre herido se ve forzado a la metamorfosis.


04. Cuando hacemos callar las palabras, los objetos se vuelven lenguaje.


05. Ni olvidar, ni utilizar: el único medio de salir adelante es comprendiendo.


06. La resiliencia es más que resistir, es también aprender a vivir.


07. (...) Nuestra risa es un arma. Somos más fuertes que la desesperación.


08. Con cabos de lana biológicos, afectivos, psicológicos y sociales, pasamos nuestra vida tejiéndonos a nosotros mismos.


09. La resiliencia es un tejido que anuda la lana del incremento del desarrollo con una lana afectiva y social.


10. La creatividad vendría a ser hija del sufrimiento. Lo cual no quiere decir que el sufrimiento sea madre de todas las creatividades.


11. La denegación psicológica permite pasar una velada tranquila, pero el uso intencional del olvido permite saborear la dicha de ser racista.


12. La poesía es anticuada para quienes están saciados, pero cuando lo real es insoportable, adquiere el valor de un arma para sobrevivir.


13. Lo que determina la calidad de su resiliencia es la calidad del vínculo que han podido tejer antes del trauma e inmediatamente después.


14. La desgracia nunca es algo puro, tampoco la felicidad. Pero apenas la convertimos en relato, damos un sentido al sufrimiento y comprendemos, mucho tiempo después, cómo pudimos transformar una desgracia en maravilla.


15. Aquellos que aprecian las autobiografías y aquellos que no las aprecian revelan por esta elección dos políticas existenciales totalmente opuestas: los que saborean las relaciones íntimas y relativizan la presión social se oponen a los que se sienten cómodos en los marcos instituidos.


16. Una desgracia nunca es maravillosa. Es un fango helado, un barro negro, una escara dolorosa que nos obliga a escoger: someterse o sobreponerse. La resiliencia define el resorte de los que, habiendo recibido un golpe, han podido sobrepasarlo. El oxímoron describe el mundo íntimo de esos vencedores heridos.


17. El lápiz y la pluma nos defiende mucho mejor que el activismo, la venganza, el aislamiento o la regresión. La escritura reúne en una sola actividad el máximo número de mecanismos de defensa: la intelectualización, el ensueño, la racionalización y la sublimación.


18. Si decimos constantemente lo que nos pasa por la cabeza, ninguna pareja, ningún grupo podrá seguir viviendo junto. La brutalidad sería cotidiana. Al contrario, la amputación de una parte de nuestra personalidad permite la coexistencia. El hándicap se vuelve entonces una metáfora de la vida en sociedad.


19. Hay que ver el problema desde sus dos caras. Del exterior, la frecuencia de la resiliencia prueba que es posible recuperarse. Del interior del sujeto, estar estructurado como un oxímoron revela la división del hombre herido, la cohabitación del Cielo y el Infierno, la felicidad en el filo de la navaja.


20. Que la resiliencia no haya sido estudiada, a pesar de que todos los facultativos la hayan constatado, es muy diciente acerca de nuestra cultura, una cultura para la cual los sobrevivientes siguen siendo sospechosos. "Si no murieron con los demás fue porque pactaron con el agresor. Sólo las víctimas son inocentes".


21. Después de la Segunda Guerra Mundial se hizo callar a los deportados. Sus discursos incongruentes podían dañar la fiesta y alterar el alegre renacimiento de la nación francesa. Su testimonio habría arruinado la esperanza. Tanto es así que más tarde, en 1971, al profesor Faurisson no le costó mucho trabajo hacer aceptar en su universidad la tesis negacionista que prosigue, en la memoria, el exterminio.


22. ¿La creatividad sería hija del sufrimiento? ¿El tormento no es un alimento de la obra de arte? Se cuenta que un joven interrogó a André Gide: "¿Cómo debo hacer para llegar a ser un escritor?" "Vaya a la fábrica", le respondió el maestro. La felicidad no da más que páginas blancas. Pero triunfar en una prueba puede dar para un capítulo, tal vez para una obra.


23. La historización es un proceso que cura y que es necesario para la construcción de toda identidad individual o colectiva. Haciendo el relato de mi historia íntima, sé quién soy, cómo reacciono, lo que amo y aquello de lo que soy capaz. Sabemos quiénes somos, lo que caracteriza nuestro grupo o nuestra nación, haciendo el relato de los hombres que admiramos, contando nuestras maravillosas victorias y nuestras dolorosas revanchas.


24. Cuando Baudelaire, campeón del oxímoron, escribe: "cada instante te devora un pedazo de delicia... Me has dado tu fango y yo lo he vuelto oro", define perfectamente la alquimia del dolor, el encuentro necesario que provoca la metamorfosis de los grandes maltratados. No tienen por qué escoger entre la tesis y la antítesis, ¡Son heridos y punto! Sólo les queda adaptarse y ser felices a pesar de todo, si pueden, en el fango y el dolor: "¡Oh, fangosa grandeza! Sublime ignominia".

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