Frases de Intercambios

Intercambios

12 frases de Intercambios (Changing places: a tale of two campuses) de David Lodge... Un intercambio académico que resulta en una sucesión de malentendidos y hasta un intercambio de parejas... Sátira sobre el choque cultural entre dos mundos.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de David Lodge son: profesor, ficción universitaria, sátira, humor, intercambio de parejas, estados unido, inglaterra, intercambio cultural, turismo cultural.

Frases de David Lodge Libros de David Lodge

Frases de Intercambios David Lodge

01. (...) Vagando entre dos mundos, el uno perdido, y el otro incapaz de nacer.


02. Cada generación es educada para ganar el dinero necesario para educar a la generación que la sigue, pero, de hecho, nadie hace nada con esa educación.


03. (...) En un experimento hecho con ratas, se había demostrado que las alimentadas con el cartón de los paquetes de cereales estaban más sanas que las alimentadas con cereales.


04. Cuando miraba las caras de sus colegas en la sala de reuniones de profesores, se tranquilizaba: no veía en ellas la expresión de quien está ahíto de fornicar.


05. Cuatro veces, según nuestras disposiciones sobre la enseñanza, es seleccionado el rebaño humano: a los once años, a los dieciséis, a los dieciocho y a los veinte; y puede considerarse feliz el que supera el obstáculo en cada ocasión, sobre todo en la última, el llamado examen final. El nombre ya indica que lo que ocurra después carece de importancia.


06. Un colega le había dicho una vez que debería publicar sus cuestionarios de exámenes. Esta sugerencia no era más que una burla, pero Philip quedó prendado de la idea, y durante unas pocas horas de aturdida exaltación la vio como una solución llovida del cielo para su esterilidad profesional.


07. Las tablas del suelo crujían, las cañerías gemían, las bisagras chirriaban y las ventanas rechinaban en sus marcos. El ruido era ensordecedor. (...) Contribuyó a él con un prolongado y fétido cuesco que casi lo elevó sobre el colchón. Era su habitual saludo al alba.


08. Se mata uno a trabajar para educar a sus hijos a fin de que puedan matarse a trabajar para educar a los suyos. Pero ¿Para qué? -Bueno, podría decir lo mismo acerca de casarse y forma una familia.


09. La incapacidad de los críticos para mantener en categorías separadas la literatura y la vida los había condenado a toda clase de herejías y de tonterías; por ejemplo, a que unos libros les "gustaran" y otros no, a que prefirieran unos autores a otros y a toda suerte de extravagancias por el estilo, las cuales, como no se cansaba de repetirles a sus alumnos, no tenían el menor interés para nadie, exceptuando a los propios críticos.


10. Quiero decir que, mentalmente, sabes que se acaba la novela. Cuando te das cuenta de que no te quedan por leer más que una o dos páginas, sabes que pronto vas a tener que cerrar el libro, pero en una película no hay manera de saberlo; especialmente hoy, cuando las películas están estructuradas de una manera más libre, mucho más ambivalente que antes. No hay manera de saber qué escena será la última. La película continúa, exactamente como continúa la vida: la gente va haciendo cosas, bebiendo, hablando, y estamos observándolos; y en cualquier momento, que el director elige sin avisar, sin que nada quede resuelto, explicado o concluido, puede, sencillamente... Acabar.


11. El licenciado británico es un alma que se siente sola y abandonada, un ser inseguro de lo que hace y que no sabe a quién trata de complacer. Se le reconoce en los salones de té cercanos a la Biblioteca Bodleiana de Oxford y al Museo Británico de Londres por sus ojos apagados y su mirada ausente, como la de esos veteranos de guerra para quienes nada ha sido real desde la Gran Ofensiva. Si una vez licenciado consigue un puesto docente, no se enfrentará con demasiados problemas a corto plazo, dado que en las universidades británicas los empleos son prácticamente vitalicios y todo el personal es retribuido según la misma escala de sueldos. Pero al llegar a cierta edad, cuando las promociones y las cátedras empiezan a preocupar a un hombre, puede que mire con nostalgia su pasado, los días en que su intelecto era vivaz y veía las cosas con claridad, y estaba dedicado a un propósito único y positivo.


12. La vida era transparente, la literatura, opaca. La vida era un sistema abierto, la literatura, un sistema cerrado. La vida se compone de cosas, la literatura, de palabras. La vida era lo que parecía ser: si uno tenía miedo de que se estrellara el avión, era porque tenía miedo de la muerte; si uno quería llevarse a una chica a la cama, era porque tenía ganas de follar. La literatura nunca trataba de lo que parecía tratar, aunque en el caso de la novela se necesitaban mucha habilidad y comprensión para ver más allá de los códigos de la ilusión realista, y eso era precisamente lo que había inducido a Zapp a dedicarse profesionalmente a este género literario (hasta el crítico más obtuso comprendía que el tema central de Hamlet no era cómo se las arreglaría el protagonista para matar a su tío, ni el de El poema del viejo marinero, de Coleridge, la crueldad hacia los animales, pero resultaba sorprendente cuánta gente estaba convencida de que el tema central de las novelas de Jane Austen era encontrar al hombre ideal).

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