
19 frases de Hombres y engranajes de Ernesto Sabato... Texto dónde el autor analiza la crisis que atraviesa la cultura moderna rastreando las causas del nihilismo existencial en el que ha caído la humanidad hipnotizada por el progreso fugaz, la despersonalización y la falta de solidaridad.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Ernesto Sabato son: nihilismo, vacío existencial, falta de solidaridad, despersonalización, sociedad capitalista, explotación, masificación, intolerancia, crisis de identidad, opinión pública, metafísica.
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Frases de Hombres y engranajes Ernesto Sabato
01. (...) Porque también podemos añorar nuestras equivocaciones.
02. Pero, ¿Para qué recurrir a la sátira cuando tenemos la realidad?
03. La literatura ha dejado de pertenecer a las Bellas Artes, para ingresar en la metafísica.
04. Nadie se levanta violentamente contra nada que de algún modo no siga constituyendo su amor.
05. La masificación suprime los deseos individuales, porque el Superestado necesita hombres-cosas intercambiables, como repuestos de una maquinaria.
06. Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil.
07. Muchos pensarán que ésta es una traición a la amistad, cuando es fidelidad a mi condición humana.
08. El Universo, visto así, es un universo infernal, porque vivir sin creer en algo es como ejecutar el acto sexual sin amor.
09. El hombre es el primer animal que ha creado su propio medio. Pero -irónicamente- es el primer animal que de esa manera se está destruyendo a sí mismo.
10. Los que piensan que los hombres de ciencia investigan sin prejuicios estético-metafísicos tienen una idea bastante singular de lo que es la investigación científica.
11. La lógica vale para los entes estáticos, a los que se puede aplicar el principio de identidad; no para la vida, que es una constante transformación y, por lo tanto, una constante negación.
12. El reino del hombre no es el estrecho y angustioso territorio de su propio yo, ni el abstracto dominio de la colectividad, sino esa tierra intermedia en que suelen acontecer el amor, la amistad, la comprensión, la piedad.
13. El problema es ser o no ser. El problema es la transitoriedad de todo lo terrenal: la frágil felicidad del amor, las ilusiones de la adolescencia, los instantes de comunicación con el semejante. Todo marcha, inexorable y angustiosamente, hacia la muerte.
14. Estoy muy lejos ya de creer que los hombres, y menos el corazón de los hombres, puedan ser catalogados como minerales o fósiles. El corazón del hombre es vivo y contradictorio como la vida misma, de la que es su esencia.
15. Ignoramos, al menos yo lo ignoro, si los males y perversidades de la realidad tienen algún sentido oculto que escapa a nuestra torpe visión humana. Pero nuestro instinto de vida nos incita a luchar a pesar de todo, y esto es bastante, por lo menos para mí.
16. Es extraño, también, que siga teniendo fe en la opinión pública, como si ese fetiche no pudiera crearse a voluntad mediante la propaganda. La opinión pública sigue siendo quien impone gobiernos, pero resulta que estos gobiernos son los que crean la opinión pública.
17. He aquí el fin del hombre renacentista. La maquina y la ciencia que había lanzado sobre el mundo exterior, para dominarlo y conquistarlo, ahora se vuelven contra él, dominándolo y conquistándolo como a un objeto más. Ciencia y maquina se fueron alejando hacia un olimpo matemático, dejando sólo y desamparado al hombre que les había dado vida.
18. El capitalismo moderno y la ciencia positiva son las dos caras de una misma realidad desposeída de atributos concretos, de una abstracta fantasmagoría de la que también forma parte el hombre, pero no ya el hombre concreto e individual sino el hombre-masa, ese extraño ser con aspecto todavía humano, con ojos y llanto, voz y emociones, pero en verdad engranaje de una gigantesca maquinaria anónima.
19. La idea de que el poder está unido a la fuerza física y a la materia es la creencia de las personas sin imaginación. Para ellos, una cachiporra es más eficaz que un logaritmo, un lingote de oro es más valioso que una letra de cambio. Pero la verdad es que el imperio del hombre se multiplicó desde el momento en que comenzó a reemplazar las cachiporras por logaritmos y los lingotes de oro por letras de cambio.