Frases de Hijos de la medianoche

Hijos de la medianoche

28 frases de Hijos de la medianoche (Midnight's children) de Salman Rushdie... Historia sobre todos aquellos que nacen y viven en medio de ninguna parte o el paso de la India colonial al país independiente, a través de Saleem Sinai, y se ambienta en el contexto de acontecimientos históricos reales y con ficción histórica.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Salman Rushdie son: colonialismo, desarraigo, realismo mágico, independencia, conflictos familiares, india, pakistán, poderes sobrenaturales, sátira, independencia económica, tener grandes sueños.

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Frases de Hijos de la medianoche Salman Rushdie

01. Todos le debemos una vida a la muerte.


02. Para comprender una vida, tienes que tragarte al mundo.


03. En esta guerra se tiraron bombas reales e imaginarias.


04. Para comprender una sola vida, tenéis que tragaros el mundo.


05. Lo real y lo cierto no son necesariamente una misma cosa.


06. Lo reconozco: más que a cualquier otra cosa temo al absurdo.


07. Todo tiene una forma, si se busca. No es posible escapar a la forma.


08. Lo que se da mejor en el calor: la fantasía; la insensatez, la lujuria.


09. La mayoría de las cosas que importan en nuestras vidas ocurren en nuestra ausencia.


10. Quizá, para seguir siendo un individuo en medio de multitudes hormigueantes, haya que hacerse grotesco.


11. Las cosas -incluso la gente- se filtran unas en otras como los sabores cuando cocinas.


12. (...) Porque también el silencio tiene un eco, más hueco y duradero que las reverberaciones de ningún sonido...


13. Aprendí: la primera lección de mi vida: que nadie puede mirar al mundo con los ojos todo el tiempo abiertos.


14. El lenguaje se desvanecía, siendo sustituido por formas de pensamiento universalmente inteligibles que iban mucho más allá de las palabras...


15. Una muerte hace que los vivos se vean a sí mismos con demasiada claridad; después de haber estado en su presencia, resultan exagerados.


16. (...) Confundía la moralidad -el deseo de hacer lo que estaba bien- con la popularidad: el deseo, bastante más dudoso, de hacer lo que merecía aprobación.


17. ¡Vamos a darles a esos hindúes algo en qué pensar! Haremos volar a esos individuos en tantos pedazos que no quedará una puñetera cosa que pueda reencarnarse.


18. ¿Quieres quedarte para siempre en esta habitación de hotel? Es un precio fantástico; fantástico, sin lugar a dudas. ¿Y qué puede hacer él una vez formalizada la escritura?


19. A menos que seamos nosotros los que estamos equivocados...No se puede pedir de nadie cuya palabra para "ayer" es la misma que para "mañana" que tenga una noción firme del tiempo.


20. Una cesta de colada es un agujero en el mundo, un lugar que la civilización ha situado fuera de sí misma, al margen de ella; eso la convierte en el mejor de los escondites.


21. La mayor parte, la oí de los criados de la hacienda, que encontraban muy natural hablar francamente de una muerte, aunque rara vez decían mucho sobre la vida, porque en la vida todo era evidente.


22. La India, el nuevo mito: una ficción colectiva en la que todo era posible, una fábula con la que sólo podían competir las otras dos fantasías poderosas: el dinero y Dios.


23. La realidad es una cuestión de perspectiva; cuanto más se aleja uno del pasado, tanto más concreto y plausible parece... Pero, a medida que uno se acerca al presente, parece, inevitablemente, cada vez más increíble.


24. (...) Es privilegio y maldición de los hijos de la medianoche ser a la vez dueños y víctimas de su tiempo, renunciar a la intimidad y ser absorbidos por el remolino aniquilador de las muchedumbres, incapaces de vivir o morir en paz.


25. La medianoche tiene muchos hijos; la descendencia de la independencia no fue toda humana. Violencia, corrupción, pobreza, generales, caos, codicia, pimenteros... Tuve que ir al exilio para aprender que los hijos de la medianoche eran más variados de lo que yo –incluso yo- había soñado.


26. Nos reiteramos, una y otra vez, nuestra alegría al volver a estar juntos; haciendo caso omiso de la verdad más profunda: que éramos como todas las familias, que las reuniones familiares son más agradables en perspectiva que en realidad, y que llega el momento en que todas las familias deben seguir sus caminos separados.


27. (...) De hecho, por toda la nueva India, ese sueño que todos compartíamos, estaban naciendo niños que sólo parcialmente eran hijos de sus padres, los hijos de la medianoche eran también hijos de su tiempo: engendrados, comprendéis, por la Historia. Puede ocurrir. Especialmente en un país que es por sí mismo una especie de sueño.


28. Nací en la ciudad de Bombay... Hace mucho tiempo. No, no vale, no se puede esquivar la fecha: nací en la Clínica Privada del doctor Narlikar el 15 de agosto de 1947. ¿Y la hora? La hora es también importante. Bueno, pues de noche. No, hay que ser más... Al dar la medianoche, para ser exactos. Las manecillas del reloj juntaron sus palmas en respetuoso saludo cuando yo llegué. Vamos, explícate, explícate: en el momento mismo en que la India alcanzaba su independencia, yo entré dando tumbos en el mundo.

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