
7 frases de Festejos de boda (Afrah al-Qubba) de Naguib Mahfuz... El éxito de una obra de teatro y la desaparición de su director y posterior muerte de la primera actriz, abocarán una serie de reflexiones y sentimientos en los que el deseo y la realidad, los celos y el amor se sucederán unos a otros vertiginosament.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Naguib Mahfuz son: ambientada en el cairo (egipto), islam, cultura árabe, sharía, odio, desesperanza, secretos de familia, realidad y fantasía, absurdo, muerte, lealtad, deslealtad, idealismo, corrupción.
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Frases de Festejos de boda Naguib Mahfuz
01. ¿Cómo puedes exigirle a nadie que lleve una vida decente si tú no te riges más que por tus impulsos?
02. Así es el teatro. La función debe continuar, aun cuando haya habido un muerto. Quiero decir que aunque se muera un ser querido, el actor tiene que representar su papel, incluso si es cómico.
03. Mi imaginación era la verdadera protagonista de una obra que reunía todos los requisitos de un drama. Por eso confesaba, expiaba el crimen y escribía por primera vez una verdadera obra de teatro.
04. Mis sueños no son más que un símbolo de la liberación de mi terrible sufrimiento, no del amor o los seres amados. Son producto de una agitación pasajera, no de un sentimiento permanente.
05. Me explicaba que ser un ángel significaba amar lo bueno, no hacer daño a los demás y llevar el cuerpo y la ropa limpios. Mis verdaderos maestros fueron el teatro, los libros, en su momento, y por último personas que no tenían relación con mis padres.
06. No hagas caso de lo que dice tu padre, no le creas. Está enfermo. Es una suerte para ti que pases solo la mayor parte del tiempo. Que Dios te acompañe, con eso es suficiente. Sé un ángel y deja que los profesores, los libros y el teatro sean tus amigos. Sé mi hijo y el hijo de otra gente buena. Eres la única luz de esta vieja casa sumida en la oscuridad. Sé único en todo.
07. No tenía la suerte de ver a mis padres más que un momento al final de la tarde, e incluso entonces no me prestaban atención, porque estaban preparándose para salir. Quizá debido a que apenas recibí afecto y atención, estaba más unido a ellos. Los echaba de menos. La belleza de mi madre me fascinaba, así como su dulzura y su cariño; me sentía atraído por su aspecto angelical. Mi padre me parecía un ser maravilloso por la forma tierna en que jugaba conmigo y su risa cordial. Nunca estropeaba el escaso tiempo que estábamos juntos con sermones, órdenes o amenazas. Siempre estaba contento, gastando bromas.