Frases de El marino que perdió la gracia del mar

El marino que perdió la gracia del mar

17 frases de El marino que perdió la gracia del mar (Gogo no Eiko) de Yukio Mishima... Relato de una traición ignorada y de una idealización frustrada. Historia de Noboru y el abismo insalvable entre un grupo de adolescentes buscando su lugar en el mundo y la sociedad convulsionada.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Yukio Mishima son: vida en el mar, pobreza, búsqueda de consuelo, traición, adolescentes, crecer, madurar de golpe, mundo en decadencia, mayoría de edad, búsqueda de la felicidad, utopía.

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Frases de El marino que perdió la gracia del mar Yukio Mishima

01. Felicidad...Una felicidad que se resiste a ser descrita.


02. Al fin le llegaba la prueba de dureza y frialdad de corazón.


03. En sus sueños, la gloria, la muerte y la mujer eran consubstanciales.


04. Los únicos recuerdos de su vida en tierra eran de eterna devastación: pobreza, enfermedad y muerte.


05. (...) En realidad somos nosotros quienes fijamos lo permitido. Profesores, colegios, padres, sociedad... nosotros permitimos toda esa basura.


06. Sus ojos eran calmos, de hielo, y su frío era lascivia, indiferencia ante el mundo hecha lujuria temeraria.


07. Las oscuras pasiones de las mareas, el bramido de las olas gigantescas, el torbellino del oleaje rompiendo contra un bajío...


08. No se enfrentaba ya con la borrasca del océano, sino con la leve brisa que sopla sin tregua sobre la tierra.


09. Inmerso aún en su sueño, Ryuji apuró el té tibio. Sabía amargo. La gloria, como todo el mundo sabe, tiene un sabor amargo.


10. Los únicos recuerdos de su vida eran de eterna devastación: pobreza, enfermedad y muerte. Al convertirse en marino, se había apartado de la tierra para siempre.


11. Si yo fuera una ameba -pensaba-, con un cuerpo infinitesimal, podría derrotar a la fealdad, pero el hombre no es lo suficientemente diminuto ni gigante para vencer a nada.


12. (...) Contempló la bahía de Ise, cuyas aguas relucían ya a la luz de la luna, y aspiró hondo. Unas nubes suspendidas sobre el horizonte parecían dioses antiguos.


13. Había tenido la certeza de que aquella mujer que tenía ante sí era la mujer de sus sueños. Si al menos hubiera encontrado las palabras para decírselo...


14. La naturaleza rodea al marino con todos estos elementos, tan parecidos a una mujer, de los que pese a todo está tan apartado como pueda estarlo un hombre del cuerpo cálido y vivo de una hembra.


15. El cielo nocturno estaba lleno de estrellas y sólo unas nubes bajas se extendían por el horizonte en dirección a la península de Chita, iluminadas de vez en cuando por silenciosos relámpagos que surcaban el cielo.


16. El mar, para un hombre encerrado todo el tiempo en un barco de acero, es algo muy parecido a una mujer. Le son familiares sus tormentas y sus calmas, o sus caprichos, o la belleza de su seno al reflejar el sol poniente.


17. Había creído poder aprovechar aquella oportunidad única para escabullirse hasta la casa del jefe y despertarle desde la ventana mediante una contraseña. Ahora, esta anhelada y última esperanza se había desvanecido por completo. Sintió desprecio por la humanidad entera.

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