(...) Otro problema no resuelto, y de naturaleza fundamental, se origina en una paradoja básica de la termodinámica. Eddington llamó a la entropía "la flecha del tiempo". De hecho, es la irreversibilidad de los acontecimientos físicos, expresada por la función entropía, la que da al tiempo su dirección. Sin entropía, es decir, en un universo de procesos completamente reversibles, no habría diferencia entre pasado y futuro. "Teoría general de los sistemas" (1968), Ludwig von Bertalanffy
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La irreversibilidad del tiempo es el mecanismo que pone orden en el caos.
En los estados equilibrados no hay cambio y por lo tanto, parece como si el tiempo no transcurriera: el sistema es reversible ya que su pasado y su futuro no pueden distinguirse. Lejos del equilibrio, por el contrario, la situación es radicalmente distinta: el sistema se hace inestable, y al cambiar, va adoptando diferentes configuraciones, aparece la temporalidad marcando una dirección en el transcurso del tiempo (la flecha del tiempo), que hace que este proceso sea irreversible. Esto no es ciertamente muy original, pero en mis trabajos enfatizo el papel constructivo de la irreversibilidad. Y ésta es la razón por la cual sostengo que el tiempo es un elemento fundamental -y fundante- de la naturaleza, porque sin su rol constructivo no se podría pasar de un nivel de organización al siguiente.
La entropía contiene siempre dos elementos dialécticos: un elemento creador de desorden, pero también un elemento creador de orden. (...) Vemos, pues, que la inestabilidad, las fluctuaciones y la irreversibilidad desempeñan un papel en todos los niveles de la naturaleza: químico, ecológico, climatológico, biológico -con la formación de biomoléculas-, y finalmente cosmológico.
Todo acontecer es singular y no se repite nunca. Lleva consigo la nota de la dirección-del "tiempo"-de la irreversibilidad. Lo acontecido, que es como el producto, que se opone al producirse, y como el anquilosamiento, que se opone a la vida, pertenece irrevocablemente al pasado. "La decadencia de occidente" (1918), Oswald Spengler
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El tiempo de los seres humanos no vuelve nunca para atrás, que nada vuelve a ser lo que era antes. "Sobre héroes y tumbas" (1961), Ernesto Sabato
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