¡Dejad al huracán mover mi corazón!Frase de "Cantos de vida y esperanza", Rubén Darío
Frases de "Cantos de vida y esperanza" (1905) Frases de Rubén Darío
Nunca los huracanes apagarán tu antorcha, eterna como el amor.Frase de José Santos Chocano
No defendimos lo suficiente nuestro ser. Y ahora estamos a merced de los vientos.Frase de Ramiro de Maeztu
Si nace el amor entre dos personas que ya se han descubierto a sí mismas, ¡qué maravillosa aventura se inicia, con huracanes y todo!Frase de Richard Bach
Corazón blanqueado por la lluvia. Carcaza golpeada por el viento.Frase de Matsuo Basho
No se puede concebir la variedad de sentimientos que me llevaban adelante, como un huracán, con el primer entusiasmo de éxito.Frase de Mary Shelley
Ya me había salvado del huracán, podía resistir cualquier tormenta.Frase de Xavier Velasco
El tiempo que pasamos juntos es como una tormenta, como viento huracanado y lluvia, como algo demasiado grande para controlarlo pero demasiado poderoso para eludirlo.Frase de "Juntos", Ally Condie
"Juntos" (2010) Frases de "Juntos" (2010) Frases de Ally Condie
Los pájaros saben que no hay invierno que dure cien años y que, al pasar la tormenta, la primera semilla que brota es el sol.Frase de Francisco Morales Santos
Frases de Francisco Morales Santos
¡Sueña, y sueña a lo grande! Solo sobreviven los sueños más grandes. A los otros los borra la lluvia y los arrastra el viento.Frase de "El libro de los Baltimore", Joël Dicker
Frases de "El libro de los Baltimore" (2015) Frases de Joël Dicker
Si hay un fenómeno de la naturaleza que altere el ánimo, ese fenómeno es el viento. Es difícil comprender por qué, pero al igual que el sol aviva el espíritu y la lluvia lo entristece, el viento lo inquieta y lo perturba.Frase de "Iacobus", Matilde Asensi
"Iacobus" (2000) Frases de "Iacobus" (2000) Frases de Matilde Asensi
Le encantaban esos condenados huracanes. Volvió a cerrar los postigos y abrió la ventana. La lluvia le dio de lleno. Sabía a sal y olía a peces muertos y a algas. El viento de nivel cinco clavaba sus garras en Nueva Orleans a más de ciento sesenta kilómetros por hora, pero allí, en aquel callejón, en un apartamento barato de una sola habitación encima de un local donde vendían los típicos bocadillos po'boys criollos, el viento no era más fuerte que una brisa arrogante.Frase de "El centinela", Robert Crais