01.Ámese al hombre entusiasta y desinteresado."OC 4 - Cuba. Política y Revolución IV, 1895" (1936), José Martí
02.Los entusiastas despiertan los temperamentos afines, los conmueven, los afiebran, hasta atraerlos a su propio camino."Las fuerzas morales" (1925), José Ingenieros
03.Los hombres nunca hacen el mal de forma tan completa y entusiasta como cuando lo hacen por convencimiento religioso."El cementerio de Praga" (2010), Umberto Eco
04.(...) El fanático es el hombre golpeado por un rayo.Pascal Quignard
05.El mundo del arte está lleno de personas amables, lleno de entusiastas, lleno de nostalgia y veracidad."F" (2013), Daniel Kehlmann
06.Esta juventud entusiasta es bella. Tiene razón, pero aunque estuviera equivocada, la amaríamos."OC 6 - Nuestra América I. Conferencia Internacional Americana, Conferencia Monetaria Internacional Americana, México" (1936), José Martí
07.Es necesario que el poeta se prodigue, con ardor, boato y liberalidad, para aumentar el fervor entusiasta de los elementos primordiales.Filippo Marinetti
08.En la vida de casi todos los creyentes más fervorosos hay a menudo una contradicción que no puede explicarse, o que sencillamente no se explica."Avenida de los misterios" (2015), John Irving
09.(...) Debía mostrarse entusiasta y listo. La gente parecía depender de su alegría. Cuanto menos importante eres en una empresa, más esperan tu sonrisa feliz."Libra" (1988), Don DeLillo
10.Sólo el que ha poblado de ideales su juventud y ha sabido servirlos con fe entusiasta puede esperar una madurez serena y sonriente, bondadosa con los que no pueden, tolerante con los que no saben."Las fuerzas morales" (1925), José Ingenieros
11.El secreto del éxito personal es ser fiel a uno mismo y continuar aspirando a algo más. No basta con ser feliz; también es necesario tener metas cada vez más altas. La pasión es poder. Si usted desea fervientemente algo más lo conseguirá."Consigue lo que quieres, valora lo que tienes" (1999), John Gray
12.Estaba completamente exaltado, como el hombre que ve y que camina sin hacer ningún ruido, en una ciudad de ciegos. Me entraron ganas de bromear, de asustar a la gente, de darle una palmada en la espalda a algún tipo, de tirarle el sombrero a alguien, de aprovecharme de mi extraordinaria ventaja."El hombre invisible" (1897), Herbert George Wells