01. Ahora entiendo por qué algunos hombres no pueden evitar embarcarse -dijo Anne-. Ese deseo que nos viene a todos en algún momento, "navegar más allá de los confines del ocaso", ha de ser muy fuerte cuando nace en alguien. "Ana y la casa de sus sueños" (1917)
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02. El humor es el más picante de los condimentos en el festín de la existencia. Ríanse de sus errores pero aprendan de ellos; alégrense en sus penas pero ganen fuerza con ellas; hagan un chiste de las dificultades, pero vénzanlas. "Ana la de la Isla" (1915)
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03. Me sentí alegre al poder plantar el rosal sobre su tumba, como si estuviera haciendo algo que le gustaba. Espero que tenga rosas así en el cielo. Quizá estén allí las almas de todas esas rositas que él amó durante tantos veranos. "Ana de las Tejas Verdes" (1908)
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04. Sólo se había preocupado por las cosas terrenales, por las pequeñas cosas pasajeras de la vida, olvidando las que llevan hacia la eternidad, las que unen los dos extremos del golfo y hacen de la muerte el paso de un mundo al otro, del amanecer al pleno día. "Ana la de la Isla" (1915)
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05. Será aburrido para nosotras -dijo, pensativa-, pero para mucha gente puede que sea un día maravilloso. Algunos estarán locos de felicidad. Tal vez hoy se está llevando a cabo una hazaña magnífica o se ha escrito un hermoso poema, o ha nacido un gran hombre. "Ana la de la Isla" (1915)
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06. Nunca veo salir un barco del canal o volar una gaviota por encima del banco de arena sin desear estar a bordo del barco o tener alas, no como una paloma, "para irme volando y descansar", sino como una gaviota, para meterme en el corazón mismo de una tormenta. "Ana y la casa de sus sueños" (1917)
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07. ¿Cómo puedo ser presumida cuando sé que soy fea? -protestó Ana-. Me gustan las cosas bellas y odio mirar al espejo y ver algo que no sea hermoso. Me hace sentir muy triste; igual que cuando veo algo horrible. -Quien hace cosas hermosas es hermoso -dijo Marilla. "Ana de las Tejas Verdes" (1908)
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08. Hay cierta magia en las palabras "seda" y "encaje", ¿No es cierto? -dijo la tía-. Su sonido me hace sentir como si estuviera preparándome para un baile. Y seda amarilla; me hace pensar en un vestido hecho con rayos de sol. Siempre soñé con tener un vestido de seda amarilla. "Ana la de la Isla" (1915)
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09. -Después de todo -le había dicho Ana a Marilla una vez-, creo que los días más hermosos y dulces no son aquellos en los que ocurren cosas espléndidas, maravillosas o excitantes, sino simplemente los que nos traen pequeños placeres sucesiva y suavemente, como perlas que se sueltan de un collar. "Ana la de Avonlea" (1909)
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10. El viaje desde la estación hasta Tejados Verdes siempre había sido una parte muy agradable de los fines de semana que Anne pasaba en casa. Siempre recordaba su primer viaje desde Bright River, con Matthew. Había sido en primavera, y ahora era diciembre, pero a lo largo del camino, todo parecía decirle: "¿Recuerdas? ¿Recuerdas?" "Ana la de Álamos Ventosos" (1936)
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11. La comedia y la tragedia se entremezclan en la vida, Gilbert. Lo único que me persigue todavía es la historia de esos dos que vivieron juntos cincuenta años, odiándose. No puedo creer que haya sido así. Alguien ha dicho que "el odio es solamente el amor que no encontró el camino". Estoy segura de que debajo del odio, en realidad se amaban. "Ana la de Álamos Ventosos" (1936)
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12. -Lo conocí esta tarde en el parque en medio de la lluvia -respondió la joven apresuradamente-. Mi paraguas se dio la vuelta y él me cobijó bajo el suyo. - ¡Ah! , ¿Y ese incidente tan vulgar justifica el envío de una docena de rosas de larguísimo tallo con una nota romántica? ¿Y es razón para que te ruborices cual candida doncella al leer la nota? Ana, el rostro traiciona nuestros más íntimos pensamientos. "Ana la de la Isla" (1915)