Frases de Junichiro Tanizaki (página 1 de 3)
01. Las mujeres calladas como ella suelen ser observadoras aunque no hablen. "El cortador de cañas" (1932)
02. Sentir o no simpatía por él debería depender de los hechos. "Las hermanas Makioka" (1936)
03. (...) Aunque quisiera rechazarme, su cuerpo respondería de buena gana a mi abrazo. "La llave" (1956)
04. El verdadero valor de la tela está en esas arrugas que le dan peso. "El cortador de cañas" (1932)
05. Lo que superaba cuanto yo había imaginado era la pureza absoluta de su piel. "La llave" (1956)
06. No es que no temiera morir, sino que mi instinto no me dejaba insistir en ello. "La llave" (1956)
07. No voy a limitarme, por descontado, a las cosas que a ella le gustaría leer. "La llave" (1956)
08. Todo lo que hice, temerosa y de una manera indirecta, fue provocar los celos de mi marido. "La llave" (1956)
09. (...) Probé cuanto me pasó por la imaginación, cosas, según decía ella, "demasiado vergonzosas para mencionarlas". "La llave" (1956)
10. El mundo imaginario que brota de mi alma perniciosa es sólo comparable al altar de un recinto sagrado. "Historia de la mujer convertida en mono" (1918)
11. La textura de tu piel es tan tersa y sensual que embriaga a los hombres como una dulce melodía... "Historia de la mujer convertida en mono" (1918)
12. Se trataba de una batalla contra el tiempo, y de la más ligera demora dependía el resultado final. "Las hermanas Makioka" (1936)
13. Mi marido parecía contemplar inexpresivamente la pálida silueta de las flores, como si estuviera sumido en sus pensamientos. "La llave" (1956)
14. (...) En cambio los occidentales, siempre al acecho del progreso, se agitan sin cesar persiguiendo una condición mejor a la actual. "El elogio de la sombra" (1933)
15. Finalmente he sido embrujado y convertido en un animal que vive de noche, un animal que sólo sirve para copular. "La llave" (1956)
16. En el arte de la oratoria evitamos los gritos, cultivamos la elipsis y, sobre todo, damos una extrema importancia a las pausas. "El elogio de la sombra" (1933)
17. Basta con que la parte visible esté impecable para que se tenga una opinión favorable de la que no se ve. "El elogio de la sombra" (1933)
18. Si, en efecto, ya empezaban a germinar las semillas de unas relaciones amorosas, entonces aquella era su oportunidad de crecer y florecer "Las hermanas Makioka" (1936)
19. Se puede encontrar belleza en un rostro totalmente artificial, pero nunca se experimentará la impresión de autenticidad que produce la belleza sin maquillaje. "El elogio de la sombra" (1933)
20. A causa de la crisis nacional, había pocos espectadores de los cerezos borrachos, y las flores eran para aquellos que realmente deseaban contemplarlas. "Las hermanas Makioka" (1936)
21. (...) Llegado a este punto, se da uno cuenta de que nuestra cocina armoniza con la sombra, de que entre ella y la oscuridad existen lazos indestructibles. "El elogio de la sombra" (1933)
22. No voy a insistir más, pues sólo conseguiría resultar más sospechoso. Que el propio diario sea testigo de la verdad que contiene. "La llave" (1956)