Frases de Mori Ogai

01. Mi corazón se comportaba como las hojas del árbol de la seda, que se encogen y rehúyen cuando se las toca; tan inseguro de mí mismo como una tímida doncella.

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02. La forma en la que ella permanecía frente a mí, como la auténtica personificación de la belleza, con su cabello lacio, me hacía sentir consternado e impotente ante su hechizo.

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03. Haré lo que tenga que hacer. Pero el dolor por nuestra separación se hace cada día más profundo aunque tu ausencia se deba solo a un corto viaje y no hayas estado lejos de mí ni siquiera veinte días. Fue un error pensar que tu partida sería solo un dolor momentáneo.

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04. Al plantearme semejantes expectativas de futuro, me sentí como un náufrago a la deriva que divisa una isla a lo lejos. Una isla montañosa aún oculta por las nubes. No estaba seguro de si sería capaz de alcanzarla o no y, en caso de que así fuera, no estaba seguro de si eso me aportaría alguna satisfacción. La vida me resultaba agradable, incluso atrapado en aquella pobreza.

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05. A partir de ese momento, nunca volvió a comportarse de una forma tan violenta pero su mente quedó trastornada para siempre. Parecía como si se hubiera transformado en la de una demente. El doctor aseguró que no había ninguna esperanza de recuperación. Se trataba de una enfermedad llamada paranoia, y estaba motivada por la convulsión emocional producida por un disgusto inesperado.

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06. Antes de marcharme de Japón, estaba convencido de que era un hombre de talento: creía firmemente en mis capacidades y en mi resistencia. Sí. Pero incluso ese sentimiento se demostró pasajero. En el barco que me llevaba lejos, yo me consideraba un héroe, hasta que dejamos atrás el puerto de Yokohama. Justo después, cuando la visión de la ciudad se desvanecía en la lejanía, rompí a llorar sin poder hacer nada por evitarlo.

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07. Al principio, este dolor era tan tenue como la brizna desprendida de una nube arañando mi corazón: se limitaba a impedir que me deleitase con la visión del paisaje montañoso de Suiza, o ensombrecía mi interés por las ancianas ruinas de Roma. Más tarde, me sentí gradualmente cansado de la vida, agotado de mí mismo. Una angustia desgarradora me atenazó. Ahora, los remordimientos se han asentado en las profundidades de mi corazón y se han transformado en simples sombras.

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08. En diversas situaciones, mi carácter tendía al aislamiento más absoluto. (...) No tenía ánimo para tales cosas y era perfectamente consciente de que me resultaba imposible mezclarme con mis compatriotas más festivos. Por culpa de esa distancia que yo parecía interponer entre nosotros, comenzaron a albergar cierto resentimiento contra mí. Después empezaron a inventar motivos para mi comportamiento e, incluso, llegaron a acusarme de delitos que yo no había cometido. No me quedó más remedio que soportar muchas calumnias y pasar dificultades durante un cierto tiempo.

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09. El salario que ofrecía el periódico era mísero, pero si encontraba un alojamiento más económico y empezaba a comer en restaurantes más modestos, podría vivir holgadamente y alcanzar mis objetivos. Mientras trataba de decidirme, Elise, demostrando el amor que sentía por mí me lanzó un cabo salvavidas. No sé cómo lo hizo, pero se las arregló para convencer a su madre de que me aceptara como inquilino en una de las habitaciones de su casa. No fue mucho después cuando Elise y yo decidimos compartir lo poco que teníamos y comenzamos a disfrutar de la vida, incluso atrapados como estábamos en nuestros problemas cotidianos.

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Junichiro Tanizaki Natsume Soseki Osamu Dazai Ryunosuke Akutagawa Yasunari Kawabata

Mori Ogai

Mori Ogai
  • 17 de febrero de 1862
  • Tsuwano, Shimane, Japón
  • 8 de julio de 1922
  • Tokio, Japón

Médico militar, traductor, escritor, novelista, dramaturgo, ensayista y crítico literario japonés del periodo Meiji, considerado uno de los principales autores de la época y autor de "La bailarina" (1890), "Espuma sobre las olas" (1890), "El mensajero" (1891) y "Vita sexualis" (1909).

Sobre Mori Ogai

Mori Ogai nació en el seno de una familia samurái, y recibió una privilegiada educación que le permitió el dominio de varios idiomas, aprendiendo chino clásico a los cuatro años (1866), holandés a los 8 (1870) y en 1874 alemán.

En 1772 se trasladó a Tokio, donde estudió en la escuela privada de Nishi Amane e ingresó en la facultad de medicina, obteniendo su licenciatura en 1881.

Tiempo después ingresó en el ejército japonés y fue enviado a estudiar Higiene Militar en Alemania (1884-1888), iniciando un periodo muy enriquecedor tanto en su profesión de médico como en su faceta literaria.

Al regresar a su patria en 1888, Mori Ogai se transformó en un entusiasta difusor de la literatura europea, traduciendo y editando una antología de poesía alemana y francesa, "Vestigios" (Omokage, 1889), y dando a conocer la obra de autores fundamentales europeos.

En 1890 publica "La bailarina", su primera novela y además funda dos revistas científicas: "Nueva Higiene" (Eisei Shinshi) y "Nueva medicina" (Iji Shinron), y una literaria: "Lazos" (Shigarami Zoshi) que más tarde cambiaría su nombre por "Despertar" (Mezamashi Gusa).

Al estallar la Primera Guerra chino-japonesa (1894-1895), fue enviado como médico militar a Manchuria, lugar que volvió a visitar durante la Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905) de la que también formó parte.

Finalizada la guerra consiguió los más altos méritos en su carrera médica militar, llegando a ocupar el cargo de Director del Colegio Médico del Ejército y Jefe de la División Imperial, y tiempo después consejero del estadista conservador Yamagata Aritomo.

Entre 1909 y 1922 se dio el periodo más fértil de su carrera literaria, publicando entre otras obras "Vita sexualis" (1909), "El joven" (1910), "El ganso salvaje" (1911), "El incidente de Sakai" (1914) y "La Historia tal cual como un alejamiento de la Historia" (1915).

En 1909 participó en la fundación de la revista "Subaru", y en 1910 junto a Nagai Kafu de la revista "Mita bungaku", ambas de gran importancia literaria.

Tras la muerte de su madre en 1916, abandonó el ejército y comenzó a trabajar como curador del Museo Imperial y Director de la Biblioteca al siguiente año.

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