01. Sin mi cuerpo no hubiera yo tenido el infierno carnal que me dio temple, por eso en él me quedo, hasta que juntos, al mismo tiempo nos volvamos tierra.
02. Sobre tus ojos dormidos dejo mis ojos cerrados para dormir con tu sueño y salir de ti, contigo, por los remansos del aire, por los espacios sin tiempo.
03. Un día la voz de la conciencia me laceraba tanto que, desperado, me coloqué frente al espejo y discutí...(Salí absuelto y los dos terminamos llorando... ).
04. El amor que no ha venido pronto vendrá, ten confianza, y sin medir la tardanza que en mí tu vigor perdure: que mientras la vida dure lugar tiene la esperanza.
05. El aire te pronuncia con sílabas de asedio, y estoy seguro que a mi lado vive, incorpórea y precisa, la huella misteriosa de tu forma alumbrando la noche del profundo universo de mi sangre.
06. Después de lo gozado y lo sufrido, después de lo ganado y lo perdido, siento que existo aún porque ya, casi a la orilla de mi vida, puedo recordar y gozar enloquecido: en lo que he sido, en lo que es ido...
07. Soy tuyo, madre tierra: me invade el parentesco inevitable y hondo de tu ritmo en mi sangre, porque pese a mi miedo, a mi apego a la vida, hay algo en mis adentros que espera y desespera por regresar a ti...
08. Mis dos profesiones siempre se complementaron porque siempre me nutria de intensas emociones. Por ejemplo, puedo decirle que el contacto con el dolor humano que conocí por medio de la cirugía, me hizo tomar a la muerte como la retórica de mi poesía.
09. Cada mañana, al despertar, resucitamos; porque al dormir morimos unas horas en que, libres del cuerpo, recobramos la vida espiritual que antes tuvimos cuando aún no habitábamos la carne que ahora nos define y nos limita, y éramos, sin ser, misterio puro en el ritmo total del Universo.
10. Amo y al amar yo siento que existo, que tengo vida y soy mi fuga encendida en constante nacimiento.