
4 frases de Vida y época de Michael K (Life & times of michael k) de J. M. Coetzee... En plena guerra civil sudafricana, el jardinero Michael K intentará llevar a su madre anciana y moribunda a Prince Albert en la Sudáfrica del apartheid, donde no se puede abandonar Ciudad del Cabo sin un permiso de traslado.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de J. M. Coetzee son: labio leporino, guerra de la frontera de sudáfrica, apartheid, dignidad del ser humano, esencia del ser humano, soledad, racismo, discriminación, viaje, sudáfrica, generosidad, relación madre-hijo.
Frases de Vida y época de Michael K J. M. Coetzee
01. De una semilla salía un puñado: esto era lo que significaba la generosidad de la tierra.
02. Todo había quedado atrás. Cuando se despertó por la mañana no se enfrentó más que al enorme bloque de un único día, cada mañana un día. Se vio como una termita abriéndose paso a través de una roca. No había nada más salvo vivir.
03. Aunque este país es extenso, tan extenso como para pensar que hay sitio para todos, lo que he aprendido de la vida me dice que es difícil estar lejos de los campamentos. Pero estoy convencido de que existen zonas entre los campamentos que no pertenecen a ningún campamento, ni siquiera a las zonas de influencia de los campamentos (las cimas de algunas montañas, por ejemplo, algunos islotes en medio de los lagos, algunos parajes áridos), donde los seres humanos no quieren vivir. Busco un sitio así para establecerme, ya sea hasta que la situación mejore, o para siempre. Pero no soy tan tonto para creer que los mapas y las carreteras me pueden guiar. Por eso te he elegido para que me muestres el camino.
04. Si mi madre ha vivido aquí, seguro que lo sabré, se dijo. Cerró los ojos e intentó recrear en su imaginación las paredes de adobe y el tejado de paja de sus historias, el jardín de chumberas, los pollos que corrían hacia el pienso esparcido por la niña descalza. Y detrás de esta pequeña, en la entrada, el rostro en la sombra, buscó a una segunda mujer, la mujer que había traído a su madre al mundo. Cuando mi madre agonizaba en el hospital, pensó, cuando sabía que su final se acercaba, no era a mí a quien miraba, sino a alguien detrás de mí: a su madre o al fantasma de su madre. Para mí era una mujer, pero ella se consideraba aún una niña que llama a su madre para que la coja de la mano y la ayude. Y su propia madre, en la vida oculta que no vemos, era también una niña. Vengo de un linaje de niños interminable.