13 frases de Una vida (Una vita) de Italo Svevo... El protagonista de esta novela abandona su pueblo natal en busca de fortuna y ascenso socialmente, pero el ambiente opresivo de la ciudad es su condena... Transformándolo en el arquetipo del hombre contemporáneo implacablemente solo y alienado.
- 01. Frases de Una vida
- 02. Obras similares
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Italo Svevo son: ansia de reconocimiento social, vivir en la ciudad, alienación, soledad, vacío existencial, pobreza, maldad, afrontar las consecuencias.
Frases de Italo Svevo Libros de Italo Svevo
Frases de Una vida Italo Svevo
01. El miedo mata a más personas que el coraje.
02. Es tan difícil asumir la maldad en los demás cuando uno mismo es bueno.
03. Morimos en el mismo estado en que nacimos: con manos hechas para agarrar e incapaces de apretar.
04. El mal al que sucumbía la pobre madre acabó apareciendo ante ella como un ser real.
05. Se enojó porque nada es más irritante que no ser entendido de inmediato cuando estás actuando.
06. El dolor y el amor, la vida, en una palabra, no debe ser considerada una enfermedad porque uno la padezca.
07. Cuando se grita, no importa qué palabra se forme en el grito, es el esfuerzo de emisión lo que alivia.
08. Hacía tiempo que había dejado de luchar contra su pereza y, para ahorrarse remordimientos, la había elevado al rango de teoría.
09. Su falsa despreocupación lo condenaba a una tensión continua y fatigosa. Si hubiera podido encontrar un pretexto adecuado, se habría ido de inmediato.
10. (...) Cada momento libre que pasaba fuera de la oficina, o incluso en la oficina, donde tenía algunos libros en la esquina, lo dedicaba a la lectura.
11. (...) Se subió la manta hasta la barbilla y, concluyendo largas reflexiones sobre la marcha de las cosas humanas, murmuró: "El hombre debe poder vivir dos vidas: una para sí mismo, otra para los demás".
12. Una cosa era cierta: su forma de sentir difería de la de quienes lo rodeaban, lo que equivalía a decir que consideraba demasiado en serio los acontecimientos de la existencia. Esa fue su desgracia.
13. En la última semana, el sufrimiento físico de doña Carolina había disminuido y era señal segura de que el gran pacificador se acercaba: su organismo ya no era capaz ni siquiera de sufrir.
