33. La música es excepcional entre todas las actividades humanas tanto por su ubicuidad como por su antigüedad. No ha habido ninguna cultura humana conocida, ni ahora ni en cualquier época del pasado de que tengamos noticia, sin música.
34. Las teorías neuropsicológicas vigentes asocian estado de ánimo positivo y afecto con un aumento de los niveles de dopamina, uno de los motivos de que muchos de los antidepresivos más recientes actúen sobre el sistema dopaminérgico.
35. Si una canción fuese una entidad viva que respirase podrías imaginar el tempo como su paso (la velocidad a la que camina) o su pulso (la velocidad a la que late el corazón de la canción).
36. El canto y las actividades instrumentales podrían haber ayudado a nuestra especie a perfeccionar habilidades motrices, preparando el camino para el desarrollo del control muscular exquisitamente delicado que se necesita para el lenguaje vocal o de señas.
37. Como un instrumento para despertar sentimientos y emociones, la música es mejor que el lenguaje. La combinación de ambos (en su mejor ejemplo, la canción de amor) es el mejor de todos los ceremoniales del cortejo.
38. Los esquemas lo son todo en cierto modo. Estructuran nuestra comprensión; son el sistema en el que emplazamos los elementos y las interpretaciones de un objeto estético. Los esquemas alimentan nuestras expectativas y nuestros modelos cognitivos.
39. Las sinapsis del cerebro están programadas para crecer durante un número de años, haciendo nuevas conexiones. Después de ese período, hay un cambio hacia la poda, para librarse de conexiones innecesarias.
40. Si estoy tocando un instrumento que me gusta, y cuyos sonidos en sí me complacen, es más probable que preste atención a diferencias sutiles de tonalidad, y a cómo puedo moderar y modificar la tonalidad de mi instrumento. Estos factores tienen una importancia decisiva; El interés conduce a la atención, y juntos conducen a cambios neuroquímicos mensurables. Se libera dopamina, el neurotransmisor asociado con la regulación emocional, la alerta y el estado de ánimo, y el sistema dopaminérgico ayuda en la codificación de la huella mnemotécnica.
41. ¿Es escuchar música algo parecido a comer cuando tienes hambre, y satisfacer así una necesidad? ¿O se parece más a ver una bella puesta de sol o a disfrutar de un masaje en la espalda, que activan sistemas de placer sensorial en el cerebro? Ésta es la historia de cómo el cerebro y la música coevolucionaron: lo que la música puede enseñarnos sobre el cerebro, lo que el cerebro puede enseñarnos sobre la música y lo que ambos pueden enseñarnos sobre nosotros mismos.
42. El origen evolutivo de la música está demostrado porque está presente en todos los humanos (cumpliendo el criterio de los biólogos de estar extendido en la especie); lleva presente mucho tiempo (lo que refuta la idea de que es sólo tarta de queso auditiva); involucra estructuras cerebrales especializadas, incluyendo sistemas mnemotécnicos asignados que pueden seguir siendo funcionales cuando otros sistemas mnemotécnicos fallan (cuando un sistema cerebral físico se desarrolla en todos los humanos, consideramos que tiene una base evolutiva), y es análoga a la música que hacen otras especies.
43. Para el artista, el objetivo de la pintura o de la composición musical no es transmitir una verdad literal, sino un aspecto de una verdad universal que, si tiene éxito, seguirá conmoviendo e impresionando a la gente a pesar de que cambien los contextos, las sociedades y las culturas. Para el científico, el objetivo de una teoría es transmitir "verdad para ahora": reemplazar una verdad vieja, aceptando al mismo tiempo que algún día esa categoría será sustituida también por una nueva "verdad", porque así es como avanza la ciencia.
44. Escuchar música estimula o modifica ciertos circuitos neuronales, incluyendo la densidad de conexiones dendríticas en el córtex auditivo primario. El neurocientífico de Harvard Gottfried Schlaug ha demostrado que la porción frontal del cuerpo calloso (la masa de fibras que conectan los dos hemisferios cerebrales) es significativamente mayor en los músicos que en los que no son músicos, y especialmente en los músicos que empiezan muy pronto su formación. Esto refuerza la idea de que las operaciones musicales pasan a ser bilaterales al aumentar la instrucción, pues los músicos coordinan y reclutan estructuras neuronales tanto en el hemisferio izquierdo como en el derecho.
45. Interpretar música de forma colectiva puede fomentar conexiones sociales: los humanos son animales sociales y la música puede haber servido históricamente para fomentar sentimientos de unidad y sincronía del grupo y haber sido un ejercicio para otros actos sociales como las conductas de turnarse para hablar. Cantar alrededor del antiguo fuego de campamento podría haber sido un medio de mantenerse despierto, de protegerse de los predadores y de desarrollar coordinación social y cooperación dentro del grupo. Los humanos necesitan vínculos sociales para hacer funcionar la sociedad, y la música es uno de ellos.
46. ¿Podría jugar la música un papel en la selección sexual? Darwin pensaba que sí. En El origen del hombre dice: "Mi conclusión es que el ritmo y las notas musicales los adquirieron primero los progenitores masculinos o femeninos de la humanidad con el fin de atraer al sexo opuesto. Así, las notas musicales pasaron a asociarse firmemente con algunas de las pasiones más fuertes que es capaz de sentir un animal, y que se usan en consecuencia de forma instintiva... ". Al buscar pareja, nuestro impulso innato es encontrar (consciente o inconscientemente) alguien que sea biológica y sexualmente apto, alguien que nos proporcione hijos que sea probable que sean sanos y capaces, para que puedan atraer a su vez a otras parejas. La música puede indicar aptitud biológica y sexual y servir para atraer al sexo opuesto.
47. En un sentido científico, ¿Por qué son algunos músicos superiores a otros no en la dimensión técnica de la música sino en la emocional? Éste es el gran misterio y nadie sabe en realidad por qué. Los músicos aún no han interpretado con sentimiento dentro de los escáneres cerebrales, debido a problemas técnicos. (Los escáneres que utilizamos actualmente exigen que el sujeto permanezca completamente inmóvil, para que no se desdibuje la imagen del cerebro; esto puede cambiar en los próximos cinco años). Las entrevistas y entradas de diarios de músicos que van desde Beethoven y Tchaikovsky hasta Rubinstein y Bernstein, B. B. King y Stevie Wonder parecen indicar que en la tarea de comunicar emoción participan factores mecánicos y técnicos y además algo que sigue siendo misterioso.
48. La música que oímos crea esquemas para géneros y formas musicales hasta cuando sólo oímos de un modo pasivo y no intentamos analizar la música. Sabemos desde una edad temprana cuáles son las medidas aceptadas por la música de nuestra cultura. Para muchos, lo que nos guste y lo que no nos guste en el futuro será consecuencia de los tipos de esquemas cognitivos formados con la música que oímos durante la infancia. No quiero decir con esto que la música que escuchamos de niños vaya a determinar necesariamente nuestros gustos musicales durante el resto de la vida; muchas personas están expuestas a música de estilos y culturas diferentes, o los estudian, y se aculturan a ellos, aprendiendo también sus esquemas. La cuestión es que esa temprana exposición suele ser la más profunda, y se convierte en el fundamento de nuestra futura visión de la música.
49. Descubrimos exactamente lo que habíamos esperado encontrar. La audición de música provocaba que se activasen en un orden determinado una cascada de regiones cerebrales: primero, el córtex auditivo para el procesamiento inicial de los componentes del sonido. Luego regiones frontales, como BA44 y BA47, que habíamos determinado previamente que participaban en el procesamiento de las expectativas musicales y la estructura musical. Finalmente, una red de regiones (el sistema mesolímbico) que participaban en la excitación, el placer y la transmisión de opiáceos y la producción de dopamina, para culminar con la activación del nucleus accumbens. Y a lo largo de todo el proceso se mantenían activos el cerebelo y los ganglios basales, apoyando de manera presumible el procesamiento de ritmo y compás. En los aspectos de recompensa y reforzamiento de la audición de música parecen, pues, intervenir niveles crecientes de dopamina en el nucleus accumbens y la contribución del cerebelo en la regulación de la emoción a través de sus conexiones con el lóbulo frontal y el sistema límbico...La música es claramente un medio para mejorar el estado de ánimo de la gente.
50. Los nuevos artistas a los que yo estaba escuchando exploraban por primera vez la mezcla estéreo. Como los altavoces que venían con mi equipo estéreo todo en uno de cien dólares no eran muy buenos, yo no había oído nunca con tanta profundidad como con los auriculares: el emplazamiento de los instrumentos tanto en el campo izquierda-derecha como en el espacio (reverberante) delante- atrás. Para mí, los discos dejaron de ser sólo las canciones, y pasaron a ser el sonido. Los auriculares me abrieron un mundo de colores sónicos, una paleta de matices y detalles que iban mucho más allá de los acordes y la melodía, la letra o la voz de un cantante concreto. El ambiente Sur profundo pantanoso de "Green River" de Creedence, o la belleza bucólica de espacios abiertos de "Mothers Nature's Son" de los Beatles; los oboes de la Sexta de Beethoven (dirigida por Karajan), leves y empapados de la atmósfera de una gran iglesia de madera y de piedra; el sonido era una experiencia envolvente. Los auriculares convirtieron también la música en algo más personal; llegaba de pronto del interior de mi cabeza, no del mundo exterior. Esa conexión personal fue en el fondo la que me llevó a convertirme en ingeniero de grabación y en productor.
51. Con un esquema, la Quinta de Mahler es perfectamente interpretable, incluso aunque se oiga por primera vez: es una sinfonía, sigue la forma sinfónica con cuatro movimientos; contiene un tema principal y subtemas, y repeticiones del tema; los temas se manifiestan a través de instrumentos orquestales, a diferencia de los tambores hablantes africanos o del distorsionador (fuzz bass). Los que conozcan la Cuarta de Mahler se darán cuenta de que la Quinta se inicia con una variación del mismo tema, e incluso el mismo tono. Los que conozcan a fondo la obra de Mahler se darán cuenta de que el compositor incluye citas de tres de sus propias canciones. Los que tengan formación musical se darán cuenta de que la mayoría de las sinfonías desde Haydn a Brahms y Bruckner empiezan y acaban característicamente con la misma nota. Mahler prescinde de esa convención en su Quinta, pasando de do menor sostenido a la menor y finalmente acaba en re mayor. Si no hubieses aprendido a mantener en tu mente un sentido de tonalidad mientras se desarrolla la sinfonía, o si no tuvieses un sentido de la trayectoria normal de una sinfonía, esto carecería de sentido; pero para el oyente experimentado, ese desacato a la convención aporta una sorpresa grata, una violación de expectativas, especialmente cuando esos cambios de tonalidad se hacen con la habilidad precisa para que no resulten estridentes.