Frases de Pureza

Pureza

22 frases de Pureza (Purity) de Jonathan Franzen... A partir de las vidas entrecruzadas de un puñado de personajes, el relato gira en torno a una joven que tras su paso por la universidad se afana en encarrilar su vida acorde con unos principios que considera irrenunciables.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Jonathan Franzen son: ficción universitaria, salud mental, culpabilidad, crisis de identidad, suicidio, totalitarismo, familia, vida en pareja, asesinato, periodismo, historias cruzadas, relación madre-hija, huérfanos, ambientada en bolivia.

Frases de Jonathan Franzen

Frases de Pureza Jonathan Franzen

01. (...) Es como meter un calcetín rojo en una lavadora de ropa blanca. Un solo calcetín rojo y nada volverá a ser blanco.


02. Está el imperativo de guardar secretos y el imperativo de divulgarlos. ¿Cómo sabes que eres una persona distinta de las otras personas? Guardándote algunas cosas para ti.


03. Fuera, la clase media desaparecía más rápido que los glaciares, los xenófobos ganaban elecciones o almacenaban rifles de asalto, las tribus enfrentadas se masacraban religiosamente, mientras que dentro "las nuevas tecnologías disruptivas hacían obsoleta la política tradicional".


04. Lo que distinguía a una revolución legítima -la científica, por ejemplo- era que, en vez de ufanarse de su condición revolucionaria, se limitaba a ocurrir. Sólo las débiles y recelosas, la ilegítimas, tenían que ufanarse.


05. Lo que ocurría en el mundo virtual, en el que la belleza existía para ser objeto de odio y vejación, era más sugestivo que lo que ocurría en el mundo real, donde la belleza no parecía tener ningún propósito.


06. Uno de los defectos de los correos electrónicos era que sólo se podían borrar una vez: no se podía hacer con ellos una bola, tirarlos al suelo, pisotearlos, hacerlos trizas y quemarlos. ¿Acaso la persona que te rechaza puede hacer algo más cruel que concederte la compasión de su paciencia?


07. El objetivo de internet y sus tecnologías asociadas era "liberar" a la humanidad de las tareas - hacer cosas, aprender cosas, recordar cosas- que hasta entonces habían constituido la vida porque le aportaban sentido. Ahora parecía que la única tarea que tenía algún sentido era optimizar los motores de búsqueda.


08. Empiezo a creer que el paraíso no es la felicidad eterna. Es más como si la sensación de felicidad implicara algo eterno. No existe la vida eterna porque nunca le ganaremos la carrera al tiempo, pero sí puedes huir del tiempo cuando estás feliz, porque entonces el tiempo no importa.


09. Los nazis mejoraron la economía de Alemania y construyeron una gran red de autopistas -dijo Anabel-. ¿A lo mejor es que sólo eran medio malos? (...) -Los nazis fueron de una maldad terrible. A mí no me hables de los nazis. Perdí a mi padre en la guerra de Hitler.


10. (...) Estaba pensando en lo terrible que es el mundo, en la eterna lucha por el poder. Los secretos daban poder. El dinero daba poder. Ser necesitado por los demás daba poder. Poder, poder, poder; ¿Cómo era posible que el mundo se organizara a partir de la lucha por algo cuya posesión genera tal soledad y opresión?


11. Oí historias terribles en los refugios y en las casas de acogida -explicó su madre-. Tantas mujeres que eran como sacos de boxeo. Tantas historias de hombres cuya idea del amor consistía en acosar y apuñalar a sus ex esposas. Tendría que haberme sentido culpable por tergiversar mi historia, pero no fue así. La crueldad emocional de los hombres puede ser tan dolorosa como el maltrato físico. Mi padre era cruel y mi marido todavía más.


12. La niebla se derramaba desde las alturas de San Francisco como el líquido que casi llegaba a ser. En los mejores días se diseminaba por la bahía y conquistaba Oakland, de calle en calle, la veías llegar, era un cambio que podía contemplarse, una estación en marcha. Donde se topaba con las secuoyas, caían los aguaceros más locales. Donde encontraba espacios abiertos, avanzaba, pálida e ingrávida, como si fuera a la vez una eternidad y el fin de todas las cosas. Era una tristeza pasajera, más bella aún por ser triste, más valiosa por ser pasajera. Era una canción lenta en tono menor, desalojada más adelante por el rock and roll del sol.


13. Todo el mundo cree tener límites estrictos... Hasta que los traspasa.


14. La estupidez se creía inteligente, mientras que la inteligencia conocía bien su estupidez. Una contradicción interesante.


15. Había imaginado que su sensación primordial sería la ansiedad, el temor febril a que lo descubrieran y lo arrestaran, pero al parecer la República parecía empeñada en absolverlo, por alguna razón perversa, y Andreas ya no conseguía recordar por qué se había reído tanto del país entero y de su falta de gusto. Ahora se le antojaba más como la República de la Tristeza Infinita. Las chicas seguían presentándose a la puerta de su despacho y mostraban interés por él, tal vez incluso más curiosas que antes por su pinta lastimera, pero en vez de pensar en sus coños, Andreas se ponía a pensar en sus almas jóvenes.


16. Le parecía que internet estaba más bien dominado por el miedo: miedo a no ser popular, ni suficientemente cool, miedo a perderse algo, miedo a ser criticado u olvidado.


17. Estuvo un buen rato llorando. Yo le acariciaba la cabeza y lo abrazaba. Si hubiera sido una mujer, le habría besado el pelo. Pero los límites estrictos de la intimidad son la carga del hombre heterosexual.


18. Y tal vez la locura fuera precisamente eso: una válvula de emergencia para liberar la presión de la ansiedad insoportable.


19. Nuestro plan conjunto consistía en ser pobres, anónimos y puros y más adelante conquistar el mundo por sorpresa.


20. Un hombre que "se olvida" el cepillo de dientes en casa de una mujer es un hombre que quiere volver.


21. Se sentía como el globo de helio que intenta alzarse hacia los cielos, sujeto apenas por un cordel fino. Tenía la esperanza de no volver a tomarse nada en serio en toda su vida.


22. -Ay, preciosa, cuánto me alegro de oír tu voz -dijo la madre de la chica por teléfono-. Me está traicionando el cuerpo otra vez. A veces creo que mi vida no es más que un largo proceso de traiciones del cuerpo. -Como todas las vidas, ¿No? -dijo Pip. Había adoptado la costumbre de llamar a su madre desde Renewable Solutions durante la pausa de la comida. Esto mitigaba en parte su sensación de no valer para ese trabajo, de tener un trabajo para el que nadie podía valer, o de ser una persona que en realidad no valía para ningún trabajo; y además, al cabo de veinte minutos, podía decir con sinceridad que tenía que seguir trabajando.

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