28 frases de Pequeños poemas en prosa (Petits poèmes en prose) de Charles Baudelaire... Obra también conocida como "El esplín de París", es una colección de 50 poemas con temas recurrentes en su obra: el tedio, la soledad, la cólera, la angustia existencial, el paso del tiempo y el deseo de infinito.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Charles Baudelaire son: aburrimiento, soledad, angustia existencial, paso del tiempo, el infinito, naturaleza del amor, sentido de la vida.
Frases de Pequeños poemas en prosa Charles Baudelaire
01. Una mirada experta nunca se engaña.
02. El que no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo en una muchedumbre atareada.
03. Un puerto es morada encantadora para un alma cansada de las luchas de la vida.
04. ¡Ya no hay minutos, ya no hay segundos! Desapareció el tiempo; reina la Eternidad, una eternidad de delicias.
05. Pero ¡Qué le importa la condenación eterna a quien halló en un segundo lo infinito del goce!
06. Esta vida es un hospital en el que cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama.
07. El estudio de la belleza es un duelo en que el artista da gritos de terror antes de caer vencido.
08. No hay placer más dulce que el de sorprender a un hombre dándole más de lo que espera.
09. Te pareces al público, a quien nunca se ha de ofrecer perfumes delicados que le exasperen, sino basura cuidadosamente elegida.
10. Hay mujeres que inspiran deseos de vencerlas o de gozarlas; pero ésta infunde el deseo de morir lentamente ante sus ojos.
11. Todas esas fantasmagorías son casi tan bellas como los ojos de mi hermosa amada, la locuela monstruosa de ojos verdes.
12. -Pues ¿A quién quieres, extraordinario extranjero? -Quiero a las nubes..., a las nubes que pasan...Por allá... ¡A las nubes maravillosas!
13. Hay que estar siempre borracho...Pero ¿De qué? De vino, de poesía o de virtud, de lo que queráis. Pero embriagaos.
14. A la montaña he subido, satisfecho el corazón. En su amplitud, desde allí, puede verse la ciudad: un purgatorio, un infierno, burdel, hospital, prisión.
15. ¿Quiénes son los infortunados a quien la tarde no calma, y toman, como los búhos, la llegada de la noche por señal de aquelarre?
16. Va cayendo el día. Una gran paz llena las pobres mentes, cansadas del trabajo diario, y sus pensamientos toman ya los colores tiernos o indecisos del crepúsculo.
17. ¿Para qué forzar al cuerpo a cambiar de sitio, si mi alma viaja tan de prisa? ¿Y para qué ejecutar proyectos, si es ya el proyecto en sí goce suficiente?
18. Las formas esbeltas de los navíos de aparejo complicado, a los que la marejada imprime oscilaciones armoniosas, sirven para mantener en el alma el gusto del ritmo y de la belleza.
19. No hay excusa para la maldad; pero el que es malo, si lo sabe, tiene algún mérito; el vicio más irreparable es el de hacer el mal por tontería.
20. Sus ojazos sombríos se volvieron todo brillantez mientras tocaban música, una música tan sorprendente que da gana ya de bailar, ya de llorar o de las dos cosas al mismo tiempo.
21. En este mundo estrecho, pero tan henchido de repugnancia, sólo un objeto conocido me sonríe: la ampolla de láudano, vieja y terrible amiga, como todas las amigas; ¡Ay! , fecunda en caricias y traiciones.
22. "¡La desgracia grande de no poder estar solo!"... -Dice en algún lado La Bruyère, como para avergonzar a todos los que corren a olvidarse entre la muchedumbre, temerosos, sin duda, de no poder soportarse a sí mismos.
23. El alma es cosa tan impalpable, tan inútil a menudo, y en ocasiones tan molesta, que, al perderla, no sentí más que una emoción algo menor que si se me hubiera extraviado, yendo de paseo, una tarjeta de visita.
24. Lo que llaman amor los hombres es sobrado pequeño, sobrado restringido y débil, comparado con esta inefable orgía, con esta santa prostitución del alma, que se da toda ella, poesía y caridad, a lo imprevisto que se revela, a lo desconocido que pasa.
25. ¿Quién de nosotros, en sus días de ambición, no hubo de soñar el milagro de una prosa poética, musical, sin ritmo y sin rima, flexible y sacudida lo bastante para ceñirse a los movimientos líricos del alma, a las ondulaciones del ensueño, a los sobresaltos de la conciencia?
26. Si existe un fenómeno evidente, trivial, siempre parecido y de naturaleza ante la cual sea imposible equivocarse, es el amor materno. Tan difícil es suponer una madre sin amor materno como una luz sin calor. ¿No será, por tanto, perfectamente legítimo atribuir al amor materno todas las acciones y las palabras de una madre relativas a su hijo?
27. No a todos les es dado tomar un baño de multitud; gozar de la muchedumbre es un arte; y sólo puede darse a expensas del género humano un atracón de vitalidad aquél a quien un hada insufló en la cuna el gusto del disfraz y la careta, el odio del domicilio y la pasión del viaje.
28. Y además, sobre todo, hay una suerte de placer misterioso y aristocrático, para el que ya no tiene curiosidad ni ambición, en contemplar, tendido en la azotea o apoyado de codos en el muelle, todos los movimientos de los que se van y de los que vuelven, de los que tienen todavía fuerza para querer, deseo de viajar o de enriquecerse.