
20 frases de Los paraísos artificiales (Les paradis artificiels) de Charles Baudelaire... Tratado parcialmente filosófico y científico sobre la naturaleza, el uso y los efectos del hachís, que entonces procedía de Oriente y ofrecía ese aliciente romántico de exotismo y ebriedad.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Charles Baudelaire son: drogas, hachís, autobiografía, adicciones, emociones, razón y pasión, libertinaje.
Frases de Los paraísos artificiales Charles Baudelaire
01. Todo libertinaje perfecto requiere un ocio perfecto.
02. ¿Qué es el cerebro humano sino un palimpsesto inmenso y natural?
03. El genio no es sino la infancia claramente formulada, dotada ahora de órganos viriles y potentes para poder expresarse.
04. Habéis arrojado vuestra personalidad a los cuatro vientos del cielo, y ahora se os hace difícil recogerla y concentrarla.
05. La mujer es el ser que proyecta la sombra más grande o la luz más intensa en nuestros sueños.
06. La mujer es fatalmente sugestiva; vive una vida distinta de la propia; vive espiritualmente en las fantasías que frecuenta y fecunda.
07. El espíritu humano rebosa de pasiones; las tiene para dar y tomar, si he de servirme de otra expresión trivial.
08. El hombre ha querido soñar y el sueño gobernará al hombre, pero ese sueño será el hijo de su padre.
09. Pues lo mismo que de una droga temible, el ser humano goza del privilegio de poder obtener nuevos y sutiles placeres del dolor, la catástrofe y la fatalidad.
10. El vapor ha tocado la sirena, el velamen está orientado y tenéis los viajeros comunes la curiosa ventaja de ignorar adonde vais. Vosotros lo habéis querido. ¡Viva la fatalidad!
11. Prestáis desde luego al árbol vuestras propias pasiones, vuestros deseos o vuestra melancolía; sus gemidos y sus oscilaciones se hacen vuestros, y no tardáis en ser el árbol.
12. Había llegado por fortuna a la edad del trabajo y de las distracciones obligadas. Tuvo que ponerse el primer arnés de la vida y prepararse para los estudios clásicos.
13. ¡Ay! Los vicios del hombre, por muy llenos de horror que se los suponga, contienen la prueba ( ¡Aunque sólo sea por su expansión infinita! ) de su afición a lo infinito;
14. El hombre no eludirá la fatalidad de su temperamento físico y moral; para las impresiones y los pensamientos familiares del hombre será el hachís un espejo de aumento, pero sólo un espejo.
15. El hombre que, habiéndose entregado al opio o al hachís durante largo tiempo, ha podido encontrar, debilitado como estaba por la costumbre de su servidumbre, la energía necesaria para emanciparse, se me aparece como un preso evadido.
16. Me interesa tan poco el mundo de los vivos que, como esas mujeres ociosas y sensibles que envían, según se dice, por correo sus confidencias a amigos imaginarios, de buena gana escribiría sólo para los muertos.
17. La música, otro lenguaje amado por los perezosos o por los espíritus profundos que buscan el descanso en la variedad del trabajo, os habla de vosotros y os relata el poema de vuestra vida: se incorpora a vosotros y os amalgamáis con ella.
18. El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces, más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual.
19. La guitarra se expresaba con enorme sonoridad; charlaba, cantaba, declamaba con una verbosidad aterradora y con una seguridad y una pureza de dicción inauditas. La guitarra improvisaba una variación sobre el tema del violín de ciego. Se dejaba guiar por él y vestía espléndida y maternalmente la tenue desnudez de sus sonidos.
20. Revivía en él toda su vida anterior, según dice, pero no por un esfuerzo de la memoria, sino como presente y encarnada en la música; y su contemplación no era ya dolorosa; toda la trivialidad y la crudeza inherentes a las cosas humanas estaban excluidas de esa resurrección tan misteriosa, o fundidas y ahogadas en una bruma ideal, y sus antiguas pasiones se hallaban exaltadas, ennoblecidas y espiritualizadas.