34 frases de Once anillos (Eleven rings: the soul of success) de Hugh Delehanty, Phil Jackson... Once anillos: acercamiento al liderazgo basado en la libertad, en la autenticidad y en la necesidad de creer en el trabajo en equipo por encima de todas las cosas.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Hugh Delehanty, Phil Jackson son: habilidades de liderazgo, coaching, autobiografía, baloncesto, deportes, trabajo en equipo, equilibrio entre cuerpo y mente, táctica y estrategia.
Frases de Once anillos Hugh Delehanty, Phil Jackson
01. Al permitir que la mente se relaje, suele llegar la inspiración.
02. John Wooden (...) solía decir "ganar requiere talento y repetir exige carácter".
03. No hay nada más eficaz que una derrota humillante para focalizar la mente.
04. La evanescencia de las cosas es el motivo por el que disfrutas de la vida.
05. La libertad no consistía en estar ausente, sino que tenía que ver con estar presente.
06. ¿Cuánto coraje o resiliencia posee? ¿Cuál es su reacción cuando está sometido a presión?
07. El liderazgo no consiste en imponer tu voluntad a los demás, sino en dominar el arte de dejarte ir.
08. (...) Compré una bicicleta con la que pedaleé por toda la ciudad, intentando conectar con la verdadera Nueva York.
09. Tras años de experimentación, descubrí que, cuanto más intentaba ejercer el poder directamente, menos poderoso era.
10. Si tu objetivo principal consiste en llevar al equipo a un estado de armonía o unidad, no tiene sentido que impongas rígidamente tu autoridad.
11. (...) Piensen por sí mismos a fin de que sean capaces de tomar decisiones difíciles en el fragor de la batalla.
12. La NBA no es precisamente el entorno más adecuado para inculcar la generosidad. A pesar de que se trata de un deporte en el que participan cinco jugadores, la cultura que lo rodea fomenta los comportamientos egoístas y resalta los logros individuales más que los vínculos entre los integrantes del equipo.
13. El profundo sentimiento de conexión que se genera cuando los jugadores actúan de común acuerdo es una fuerza enorme que puede anular el miedo a perder.
14. El inconsciente resuelve de forma excelente problemas complejos cuando la conciencia está ocupada con otra cuestión o, y quizás esto sea lo mejor, cuando no se le exige nada.
15. El baloncesto se juega a un ritmo tan vertiginoso que es fácil cometer errores y obsesionarte con lo que acaba de ocurrir o con lo que podría suceder a continuación, actitud que te distrae de lo único que de verdad cuenta: este preciso instante.
16. Satchel Paige, que afirmaba: "A veces me siento y pienso y otras, simplemente, me siento".
17. (...) Por ese motivo, al inicio de cada temporada yo alentaba a los jugadores a centrarse en el camino más que en la meta. Lo más importante es jugar bien y tener la valentía de crecer, no solo como seres humanos, sino como baloncestistas. Si lo haces, el anillo ya se encargará de sí mismo.
18. El jugador solo puede asimilar determinada cantidad de información cuando la adrenalina discurre por todo su cuerpo, por lo que no es un buen momento para evaluaciones sesudas. En ese espacio de tiempo hay que serenar la mente de los jugadores y fortalecer su conexión espiritual antes de que se lancen al campo de batalla.
19. Como líder tu tarea consiste en hacer cuanto está en tu mano para crear las condiciones perfectas para el éxito, aparcando tu ego e inspirando al equipo para que juegue de la manera correcta, aunque llegados a cierto punto tienes que soltarte y entregarte a los dioses del baloncesto. El alma del éxito consiste en entregarse a lo que existe.
20. Existe un adagio zen que me gusta citar y que dice así: "Antes de la iluminación, corta leña y transporta agua. Después de la iluminación, corta leña y transporta agua". Se trata de estar centrado en la tarea que te traes entre manos en lugar de permanecer anclado en el pasado o preocuparte por el futuro.
21. (...) Recordemos aquella escena de la primera entrega de Indiana Jones, en la que alguien pregunta a Indy qué piensa hacer y este responde: "No lo sé, lo inventaré sobre la marcha". Yo veo el liderazgo desde la misma óptica. Se trata de un acto de improvisación controlada, de un ejercicio de dedos a lo Thelonious Monk, de un momento al siguiente.
22. Obsesionarse con ganar (mejor dicho, con no perder) resulta contraproducente, sobre todo si te lleva a dejar de controlar las emociones. Es más: obsesionarse con ganar es el juego de los perdedores; lo máximo que podemos esperar es la creación de las mejores condiciones posibles para el triunfo..., Y atenernos al resultado. De esa forma el viaje resulta mucho más entretenido.
23. El mejor modo de lograr que los jugadores coordinen sus actos consiste en hacer que practiquen el deporte en un compás 4x4. La regla básica sostenía que el jugador con la pelota debía hacer algo con ella antes del tercer tiempo: pasarla, lanzar o comenzar a driblar. Si todos marcan el ritmo, es más fácil combinarse armónicamente, compás a compás.
24. A lo largo de los años he aprendido que el enfoque más eficaz consiste en delegar tanta autoridad como sea posible y fomentar las habilidades de liderazgo de todos los demás. Cuando lo consigo, no solo se acrecienta la unidad del equipo y se da pie a que los demás también crezcan, sino que, por muy paradójico que parezca, mi papel como líder también se refuerza.
25. (...) Cuando no fuerza un tiro ni intenta imponer su personalidad al equipo, el jugador manifiesta de la manera más plena posible sus dotes como atleta. Paradójicamente, al jugar en el marco de sus aptitudes personales, activa un potencial superior para que el equipo trascienda sus limitaciones individuales y ayuda a sus compañeros a trascender las suyas. Si esto ocurre, el todo se convierte en algo más que la suma de las partes.
26. La maestra budista Pema Chodron habla del desprendimiento como de la oportunidad del verdadero despertar. Uno de sus proverbios preferidos afirma: "Solo encontramos en nosotros mismos aquello que es indestructible cuando nos exponemos una y otra vez a la aniquilación". Era eso lo que buscaba. Sabía que no sería fácil pero, cuando el nuevo futuro se desplegó ante mí, me consolé con la certeza de que el desprendimiento es una vía necesaria, aunque en ocasiones desgarradora, hacia la transformación sincera.
27. [Sobre Kobe Bryant] Siempre me han impresionado su capacidad de adaptación y su férrea confianza en sí mismo. A diferencia de Shaq, a menudo acosado por la falta de autoconfianza, Kobe jamás permitió que esos pensamientos dominaran su mente. Si alguien ponía el listón a tres metros de altura, Kobe saltaba tres treinta, por mucho que hasta entonces nadie lo hubiese conseguido. Esa fue la actitud que mostró cuando aquel otoño llegó a las sesiones de entrenamiento y causó un poderoso impacto en sus compañeros.
28. Los bulls necesitaban un santuario en el que vincularse como equipo y quedar protegidos de las distracciones del mundo exterior. Prohibí a los jugadores que llevasen a amigos y familiares a las instalaciones en las que entrenábamos, salvo en ocasiones excepcionales. También limité la asistencia de los medios de comunicación a los entrenamientos. Pretendía que durante las prácticas los jugadores sintiesen que podían comportarse espontáneamente, sin tener que preocuparse por si decían o hacían algo que al día siguiente la prensa publicaría.
29. Hay una anécdota que me encanta sobre la manera en la que Napoleón Bonaparte elegía a sus generales. Se dice que, tras la muerte de uno de sus grandes militares, Napoleón encomendó a uno de los oficiales del Estado Mayor que encontrase sustituto. Varias semanas después, el oficial regresó y describió al hombre que, en su opinión, era el candidato perfecto en virtud de su conocimiento de las tácticas militares y de su brillantez como gestor. Cuando el oficial terminó de hablar Napoleón lo miró y comentó: "Todo eso está muy bien pero ¿Tiene suerte? ".
30. El baloncesto es un gran misterio. Puedes hacerlo todo bien, contar con la mezcla perfecta de talentos y con el mejor sistema ofensivo del mundo, desarrollar una estrategia defensiva a prueba de lo que haga falta y preparar a los jugadores para todas las eventualidades posibles, pero si los jugadores carecen del sentimiento de unidad como grupo, tus esfuerzos son en vano. Además, el vínculo que une a un equipo puede ser muy frágil y muy esquivo. La unidad no es algo que funciona pulsando un interruptor. Has de crear el entorno adecuado para que prospere y nutrirla cuidadosamente día tras día.
31. No creo que la suerte tenga mucho que ver. Es verdad que un jugador puede sufrir una lesión y que el equipo puede verse abocado a una calamidad, pero estoy convencido de que si has tenido en cuenta todos los detalles, son las leyes de causa y efecto, más que la suerte, las que determinan el resultado. Está claro que, en un partido de baloncesto, son muchas las cosas que es imposible controlar. Precisamente por ese motivo la mayor parte del tiempo nos centrábamos en lo que sí podíamos controlar: el movimiento de pies adecuado, el espacio apropiado en pista, el modo adecuado de mover la pelota.
32. Stephen Covey, gurú de la gestión empresarial, refiere esta antigua historia japonesa sobre un guerrero samurái y sus tres hijos. El padre quería enseñarles el poder del trabajo en equipo. Entregó una flecha a cada uno de sus hijos y les pidió que la rompieran. No tuvieron la menor dificultad. Cada uno lo hizo fácilmente. Luego les dio un haz con tres flechas unidas y pidió que repitiesen el proceso. Ninguno de los tres lo consiguió. "Esa es la lección -explicó el samurái. Si permanecéis unidos, jamás seréis derrotados". Esta anécdota muestra la fuerza o poder que un equipo alcanza cuando cada uno de sus integrantes renuncia al interés personal a cambio del bien colectivo.