Frases de Los rituales del caos

Los rituales del caos

20 frases de Los rituales del caos de Carlos Monsiváis... Con su humor y saber acostumbrados, el autor desmenuza en este libro distintos rituales de la ciudad de México y de la sociedad mexicana en general: rituales religiosos, cívicos, mercantiles, musicales e instantáneos.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Carlos Monsiváis son: caracteristicas de una ciudad, méxico, nacionalismo, rituales, sociedad mexicana, sobrevivir, cultura de masas, ser mexicano, metro.

Frases de Carlos Monsiváis Libros de Carlos Monsiváis

Frases de Los rituales del caos Carlos Monsiváis

01. El tumulto despliega sus propuestas estéticas y la ciudad popular entrega sus rituales.


02. En el terreno visual, la Ciudad de México es, sobre todo, la demasiada gente.


03. La economía subterránea desborda las aceras, y hace del tianguis la subsistencia de la calle.


04. Ante la cámara, se suspende la indiferencia. Es el tótem, es la Máquina Inmortalizadora...


05. Somos tantos que ya ninguna creencia, ni la más oscura y extraviada, podrá estar sola un minuto siquiera.


06. La política es el arte de vender simultáneamente el gozo de la estabilidad y la paranoia ante el caos.


07. México es la ciudad donde lo invivible tiene sus compensaciones, la primera de ellas el nuevo status de la sobrevivencia.


08. El paso más prometedor en la trayectoria errátil pero firme de la humanidad es el conocimiento generalizado de los deportes.


09. Si un acto público de cualquier índole quiere sobrevivir en esta época, deberá, irremisiblemente, adoptar las características del control remoto.


10. ¿Qué es una mentalidad apocalíptica? Hasta donde veo, lo antagónico a lo que se observa en la Ciudad de México.


11. El insomnio no es buen consejero. Lo único que permite ver con claridad son las consecuencias de la falta de sueño, y esa obviedad nulifica pensamientos y sentimientos.


12. "El fútbol es una ciencia", asegura, "es la verificación empírica de los modos correctos de usar el balón, que significan el triunfo de una nación sobre las demás".


13. La pelea no tiene mucho interés, al decir de los expertos. Pero el país goza de uno de esos ratos de esparcimiento en los cuales vuelve a ser, por un instante, la Nación.


14. Las diferencias entre software y hardware. Las computadoras personales. La tecnología innovadora. Los microprocesadores. Los giros dinámicos de las empresas. La comunicación computarizada. El mundo es de la tecnología, y la computación es la nueva Religión del Éxito.


15. México es la ciudad en donde lo insólito sería que un acto, el que fuera, fracasase por inasistencia. Público es lo que abunda, y en la capital, a falta de cielos límpidos, se tienen, y a raudales, habitantes, espectadores, automovilistas, peatones.


16. La televisión en nuestros días, centro de las creencias y las idolatrías inexplicables, ni es creyente ni deja de serlo, es el precipitarse de imágenes que se disuelven en la indiferenciación, es la rutina que de pronto adquiere visos de zarza ardiente.


17. Si algo le queda al nacionalismo es su condición pop. No popular, algo ya más bien anacrónico a fuerza de lo sentimental, sino pop, con el acento en el perfil publicitario, en los mensajes subliminales, en ese "barullo de las estaciones" que es la moda.


18. El individualismo es la fe pública del capitalismo y, en la sociedad de masas, el esfuerzo de cada uno se apoya en las decenas o centenas de miles que hablan o intuyen el lenguaje de la superación, aportan su cuota de confianza y repiten, orgullosos, los proverbios antes escondidos en los almanaques y en la sabiduría de los viejos en los parques.


19. En México, todavía, el valor de caudillos, mártires, artistas notables y valores del hogar sólido se determina por el número de estatuas que consiguen, y por la mezcla de terquedad y docilidad con que monumentos y bustos aceptan el avance omnívoro de lo urbano. Y que se cuiden los iconoclastas. Ya lo advirtió Jean Cocteau: "El riesgo de un destructor de estatuas es convertirse en una".


20. En el terreno visual, la Ciudad de México es, sobre todo, la demasiada gente. Se puede hacer abstracción del asunto, ver o fotografiar amaneceres desolados, gozar el poderío estético de muros y plazuelas, redescubrir la perfección del aislamiento. Pero en el Distrito Federal la obsesión permanente (el tema insoslayable) es la multitud que rodea a la multitud, la manera en que cada persona, así no lo sepa o no lo admita, se precave y atrinchera en el mínimo sitio que la ciudad le concede.

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