
39 frases de La tía Julia y el escribidor de Mario Vargas Llosa... Novela semiautobiográfica que trata sobre un adolescente, "Marito", que sueña con ser escritor y trabaja en una radioemisora. Tras enamorarse de su tía política, se enfrentará a su familia... ¿Llegará a casarse?.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Mario Vargas Llosa son: diferencia de edad en el amor, ser escritor, verdadera amistad, incomprensión, divorcio, condición de la mujer, enamorarse, presión familiar.
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Frases de La tía Julia y el escribidor Mario Vargas Llosa
01. Sólo los enamorados se abstraen así...Baja de la luna...
02. (...) Tiene una manera de ser que borra todas las diferencias de edad.
03. Yo escribo sobre la vida y mis obras exigen el impacto de la realidad.
04. No se puede pelear consigo mismo, porque en ese combate sólo hay un perdedor.
05. Total, a ustedes y a mí, tarde o temprano tendrán que comernos los gusanos...
06. Las ciruelas secas habían convertido a su estómago en un tren inglés.
07. La mujer y el arte son excluyentes, mi amigo. En cada vagina está enterrado un artista.
08. No les guardo rencor, estoy acostumbrado a la incomprensión de la gente. ¡Hasta siempre, señores!
09. Voy a tratar de ser un escritor, sólo voy a aceptar trabajos que no me aparten de la literatura.
10. El día que se instale la televisión en el Perú no les quedará otro camino que el suicidio.
11. En la variación se encuentra el gusto, señores -repetía, con ojos excitados y muecas de gnomo maléfico.
12. Ya no eran un quehacer que se imponía por razones de moral y teoría, sino una suerte de placer.
13. (...) Era mi mejor amigo y nos veíamos a diario, aunque fuera sólo un momento, para constatar que existíamos.
14. Un tiro es un segundo. Eso es preferible a irse muriendo de a poquitos, de hambre, de frío, de soledad, de tristeza.
15. Pero casarme a los dieciocho años, siendo un mocoso, un estudiante, con una mujer hecha y derecha y divorciada era una insensatez incalculable...
16. En poco tiempo, pasó de romántico que ahoga penas en whisky a alcohólico irredento que puede apagar su africana sed con kerosene.
17. ¿Se ha topado usted en la vida con argentinos? Cuando vea uno, cámbiese de vereda, porque la argentinidad, como el sarampión, es contagiosa.
18. Los libretos salían de esa cabecita tenaz y de esas manos infatigables, uno tras otro, a la medida adecuada, como sartas de salchichas de una máquina.
19. Era una mujer a la que le habían dado esa hermosa voz para indemnizarla de algún modo por la aglomeración de equivocaciones que era su cuerpo.
20. La mayor parte de las veces, las llamadas penas de corazón, etcétera, son malas digestiones, frejoles tercos que no se deshacen, pescado pasado de tiempo, estreñimiento.
21. Olíamos a pescado fresco y a mar. Nos rodeaban negritos semidesnudos que nos comían a preguntas: quiénes éramos, de dónde veníamos, qué queríamos comprar.
22. Como todo ser elevado por sobre la medianía, era discutida, criticada y verbalmente escarnecida por sus colegas, esos psiquiatras y psicólogos incapaces (a diferencia de ella) de producir milagros.
23. Mi familia ha descubierto mis amores con su paisana, y, como es mayor que yo y divorciada, están furiosos. Van a hacer algo para separarnos y eso me tiene amargado.
24. (...) Le pregunté si siempre empezaba a trabajar tan temprano y me repuso que, en su caso, a diferencia de otros "creadores", la inspiración era proporcional a la luz del día.
25. Sus instrumentos de trabajo eran: un tablón, una puerta, un lavador lleno de agua, un silbato, un pliego de papel platino, un ventilador y otras cosas de esa misma apariencia doméstica.
26. Muchacho tenaz, reflexionaba el doctor Quinteros, lo había logrado, y ahí estaba ahora, pálido de emoción, deslizando el aro en el dedo anular de la muchacha más linda de Lima.
27. Son tan estúpidos que creen que toda divorciada es una mujer de la calle...Y, además, sólo piensan en hacer cosas. Cuando lo bonito no es eso, sino enamorarse, ¿No es cierto?
28. Cuando comas, cuando trabajes, cuando estés en el cine, cuando paletees a tu hembra, cuando chupes, en todo los momentos de tu vida, y, si puedes, hasta en el féretro: ¡Hunde la panza!
29. ¿Cómo se podía ser, de un lado, una parodia de escritor y, al mismo tiempo, el único que, por tiempo consagrado a su oficio y obra realizada, merecía ese nombre en el Perú?
30. -Acabamos de tener nuestra primera gran pelea y nos pescaste en plena reconciliación -le conté. -Cómo se nota que no me conoces -me previno la tía Julia-. En las grandes peleas yo rompo platos, araño, mato.
31. Claro que es bonito enamorarse con un muchachito tímido, que te respeta, que no te manosea, que no se atreve a acostarse contigo, que te trata como a una niñita de primera comunión. Pero es un juego peligroso...
32. Y me recordó que la familia se hacía ilusiones, que yo era la esperanza de la tribu. Era verdad: mi cancerosa parentela esperaba de mí que fuera algún día millonario, o, en el peor de los casos, Presidente de la República.
33. Tenía un trabajo de título pomposo, sueldo modesto, apropiaciones ilícitas y horario elástico: director de Informaciones de Radio Panamericana. Consistía en recortar las noticias interesantes que aparecían en los diarios y maquillarlas un poco para que se leyeran en los boletines.
34. Cuando vinieron a tocarnos la puerta -habíamos pedido que nos despertaran a las siete-, los borrachos acababan de callarse y nosotros estábamos todavía con los ojos abiertos, desnudos y enredados sobre la colcha de rombos verdes, sumidos en una embriagadora modorra, mirándonos con gratitud.
35. (...) Era un hombre de frente ancha, nariz aguileña, mirada penetrante y rectitud y bondad en el espíritu, al que su convicción, desde los aurorales días de seminarista, de que el amor imaginario no era pecado y sí un poderoso guardaespaldas para la castidad, había mantenido efectivamente puro.
36. Lo terrible de ser divorciada no es que todos los hombres se crean en la obligación de proponerte cosas...Sino que por ser una divorciada piensan que ya no hay necesidad de romanticismo. No te enamoran, no te dicen galanterías finas, te proponen la cosa de buenas a primeras con la mayor vulgaridad.
37. Le conté toda mi vida, no la pasada sino la que tendría en el futuro, cuando viviera en París y fuera escritor. Le dije que quería escribir desde que había leído por primera vez a Alejandro Dumas, y que desde entonces soñaba con viajar a Francia y vivir en una buhardilla, en el barrio de los artistas, entregado totalmente a la literatura, la cosa más formidable del mundo.
38. Le expliqué que el amor no existía, que era una invención de un italiano llamado Petrarca y de los trovadores provenzales. Que eso que las gentes creían un cristalino manar de la emoción, una pura efusión del sentimiento era el deseo instintivo de los gatos en celo disimulado detrás de las palabras bellas y los mitos de la literatura. No creía en nada de eso, pero quería hacerme el interesante.
39. Le dije, volviendo al tema, que yo era más optimista. Con fogosidad, para convencerme a mí mismo al tiempo que a ella, le aseguré que, fueran cuales fueran las diferencias, el amor duraba poco basado en lo puramente físico. Con la desaparición de la novedad, con la rutina, la atracción sexual disminuía y al final moría (sobre todo en el hombre), y la pareja entonces sólo podía sobrevivir si había entre ellos otros imanes: espirituales, intelectuales, morales. Para esa clase de amor la edad no importaba.