27. Sufrimos por tener tan poca hambre, aunque nuestra pequeña hambre baste ya para hacernos sentir una profunda carencia del placer que tendríamos si tuviésemos más hambre.
28. ¿Quién sabe si he sufrido solamente una lenta y gran disolución? ¿Y que mi lucha contra esa desintegración sea esta: la de intentar ahora darle una forma?
29. (...) Los reglamentos y las leyes, era preciso no olvidarlos, es preciso no olvidar que sin los reglamentos y las leyes tampoco existirá un orden, era preciso no olvidarlos y defenderlos para defenderme.
30. Voy a crear lo que me ha acontecido. Solo porque vivir no se puede narrar. Vivir no es vivible. Tendré que crear sobre la vida. Y sin mentir. Crear sí, mentir no.
31. La habitación, la habitación desconocida. Mi entrada en ella se realizaba por fin. La entrada en esta habitación solo tenía un acceso, y este era estrecho: por la cucaracha.
32. Tal vez la desilusión sea el miedo a no pertenecer más a un sistema. A pesar de ello, se debería decir así: él es muy feliz porque finalmente se desilusionó.
33. Esa avidez nuestra colérica y asesina es, en verdad, nuestra ira sagrada y vital, nuestra tentativa de hacernos violencia a nosotros mismos, la tentativa de comer más de lo que podemos para aumentar artificialmente nuestra hambre.
34. Yo, persona, soy un germen. El germen solo es sensible; esta es su única inherencia particular. El germen duele. El germen está ávido y es experto. Mi avidez es mi más inicial hambre: soy pura porque estoy ávida.
35. Se abría en mí, con una lentitud de puertas de piedra, se abría en mí la amplia vida del silencio, la misma que estaba en el sol fijo, la misma que estaba en la cucaracha inmovilizada. ¡Y que sería la misma en mí! Si tuviese valor para abandonar... ¿Abandonar mis sentimientos? Si tuviese valor para abandonar la esperanza.
36. Escucha, es preciso que hable porque no sé qué hacer de lo que he vivido. Peor aún: no quiero lo que he visto. Lo que he visto hace pedazos mi vida cotidiana. Disculpa este regalo, realmente preferiría haber visto algo mejor. Toma lo que he visto, líbrame de mi inútil visión, y de mi pecado inútil.
37. Una forma circunscribe el caos, una forma da estructura a la sustancia amorfa; la visión de una carne infinita es la visión de los locos, pero si cortase yo la carne en pedazos y los distribuyese a lo largo de los días y según los apetitos, entonces no sería ya la perdición y la locura: sería nuevamente la vida humanizada.
38. (...) Y no olvidar, al comenzar el trabajo, el estar preparada para equivocarme. No olvidar que el error muchas veces se había convertido en mi camino. Siempre que no resultaba cierto lo que pensaba o sentía, entonces se producía una brecha y, si antes hubiese tenido valor, ya habría entrado por ella. Más siempre sentí miedo del delirio y del error. Mi error, no obstante, debía ser el camino de una verdad: pues únicamente cuando me equivoco salgo de lo que conozco y entiendo. Si la "verdad" fuese aquello que puedo entender, terminaría siendo tan sólo una verdad pequeña, de mi tamaño.