Frases de La historia - 2

27. En los últimos meses de la ocupación alemana, Roma tomó el aspecto de ciertas metrópolis indias donde solo los buitres se alimentan hasta la saciedad y no existe ningún censo de vivos y muertos.


28. Cuentan de una tigresa que, en una soledad helada, se sostuvo con sus crías lamiendo, por su parte, la nieve, y distribuyendo a los cachorros jirones de carne que ella misma se arrancaba del cuerpo con los dientes.


29. ¡Todos nosotros! ¡Burgueses y proletarios y...Anarquistas y comunistas! Todos...Por eso nuestra lucha es siempre una acción truncada..., un equívoco..., una coartada..., falsas revoluciones, ¡Para eludir la revolución verdadera, y conservar al reaccionario que llevamos dentro!


30. La palabra "fascismo" es de reciente acuñación, pero corresponde a un sistema social de decrepitud prehistórica, absolutamente rudimentario, y hasta menos evolucionado del usado entre los antropoides (como puede confirmar quienquiera que tenga nociones de zoología)


31. Así, la Segunda Guerra Mundial había concluido. Ese mismo mes de agosto los Tres Grandes (los señores Churchill y Truman y el camarada Stalin) se entrevistaban en Potsdam para definir la paz, o sea, para marcar los confines recíprocos de sus imperios.


32. La vergüenza es, en realidad, todavía un signo de conciencia, y los burgueses, la conciencia, que es el honor del hombre, la han amputado. Se creen seres completos, mientras que son muñones. Y su máxima desventura es esta ignorancia obtusa, impenetrable...


33. Se amplía cada vez más, en los territorios del mundo, el "cáncer industrial" que envenena el aire, el agua y los organismos y asedia y devasta los centros habitados, al igual que desnaturaliza y destruye a los hombres condenados a las cadenas en el interior de sus fábricas.


34. Los suministros (...) provendrán de la actividad infatigable y sin turnos de descanso de las industrias bélicas, las cuales, aplicando a las máquinas millones de organismos humanos, abastecen ya de nuevos productos (entre los primeros, tanques superarmados y superacorazados llamados Panzer, aviones "de caza" y bombarderos de gran autonomía, etcétera).


35. Semejante sistema [el fascismo] se basa en efecto en abusar de los indefensos (pueblos o clases o individuos) por parte de quien tiene los medios para ejercer la violencia; en realidad, desde los orígenes primitivos, universalmente, y a lo largo de todo el curso de la Historia humana, no subsiste otro sistema que este.


36. A decir verdad, lo único que en ese momento instintivamente andaba buscando [el soldado alemán] por las calles de Roma era un burdel. No tanto por un deseo urgente e irresistible como, más bien, porque se sentía demasiado solo; y le parecía que únicamente dentro de un cuerpo de mujer, hundido en aquel nido cálido y amistoso, se sentiría menos solo.


37. El resultado de las negociaciones es un pacto de no agresión entre la Alemania nazi y la Unión Soviética, que permite a ambas firmantes la doble agresión contra Polonia y su mutuo reparto. A la acción inmediata de las tropas hitlerianas contra Polonia occidental responde, por parte de Francia e Inglaterra, la declaración de guerra a Alemania, iniciándose así la Segunda Guerra Mundial.


38. El sistema no cambia nunca...Se llamaba "religión", "derecho divino", "gloria", "honor", "espíritu", "porvenir"..., todos seudónimos..., todas máscaras...Pero con la época industrial, ciertas máscaras no se sostienen..., el sistema enseña los dientes, y nos graba cada día, en la carne de las masas, su verdadero nombre y título..., y no en vano, en su lengua, a la humanidad se la denomina "masa", que significa "materia inerte".


39. Mussolini e Hitler, a su modo, eran dos soñadores; pero en esto se manifiesta su diversidad innata. La visión onírica del "Duce" italiano (correspondiente a su anhelo material de vida) era un festival de comedia, en el que, entre lábaros y triunfos, él, ínfimo vasallo enredador, representaba el papel de ciertos antiguos vasallos beatificados (los Césares, los Augustos...) sobre una multitud viviente degradada al rango de títere. Por el contrario, el otro (inficionado de un monótono vicio de necrofilia y ruines terrores) era secuaz semiconsciente de un sueño aún informe, en el que toda criatura viviente (incluso él mismo) era objeto de desgarramiento y rebajada hasta la putrefacción. Y en el que por último en el Gran Final todas las poblaciones terrestres (incluida la germánica) se deshacían en amasijos descompuestos de cadáveres.

Obras similares

Obras que comparten tramas, ideas o sucesos históricos con "La historia" de Elsa Morante.

Libros parecidos

Síguenos