Frases de La hija de Burger

La hija de Burger

14 frases de La hija de Burger (Burger’s daughter) de Nadine Gordimer... Lionel Burger es condenado a cadena perpetua por promover la revolución en Sudáfrica. Al morir en la cárcel, su hija Rosa comienza un camino que le llevará a replantearse lo que realmente significa ser su hija.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Nadine Gordimer son: ficción histórica, política, apartheid, comunismo, sudáfrica, resistencia, persecución ideológica, represión, búsqueda de justicia, derechos humanos, racismo, sexualidad.

Frases de Nadine Gordimer

Frases de La hija de Burger Nadine Gordimer

01. El destino burgués, (...), comer sin hambre, aparearse sin deseo.


02. Los sentimientos quedan para aquellos que no saben cuál es el paso siguiente.


03. (...) La realidad debió de ser diferente a la aceptación anticipada; Es imposible dominar todos los temores y las pérdidas con antelación. Siempre hay fuentes de desolación que no se toman en consideración porque nadie sabe cuáles serán.


04. "Opresión". "Rebelión". "Traición". Usaba grandes palabras como suele hacer la gente, sin saber lo que pueden representar.


05. Es posible sentirse muy vivo cuando flotan en el aire cosas terribles: miedo y dolor y amenazadora valentía.


06. En la unión del Caín blanco y el negro Abel, una nueva hermandad de la carne es el rumbo hacia la fraternidad definitiva.


07. La voluntad me pertenece. La emoción me pertenece. El derecho a ser inconsolable. Cuando siento no existe un "nosotros", sólo existo yo.


08. Los padres y los hijos no se entienden...No tienen nada que decirse. Una especie de seguro natural contra la repetición.


09. Y si la de ellos se estuviera escribiendo, ambas parecerían igualmente confusas al ser leídas. Y si yo estuviera realmente contando, en lugar de estar hablándote mentalmente tal como descubro que hago... Uno nunca habla para sí mismo. Siempre se dirige a alguien. De pronto, sin conocer el motivo, en diferentes etapas de la vida, uno se dirige todo el tiempo a tal o cual persona, hasta los sueños se representan delante de un público. Lo comprendo. Es sabido que la gente que se suicida -el acto más solitario- se dirige a alguien. Pero en mi caso nunca había ocurrido antes. Ni siquiera ocurrió cuando creía estar enamorada...Y nunca podemos haber estado enamorados.


10. Siendo estudiante universitario descubrí por fin la solución a la espantosa contradicción que conocía desde que iba a la escuela y se esperaba que no tuviera en la cabeza nada más conflictivo que mi situación en el equipo de rugby. Me refiero a la contradicción de mi pueblo -el pueblo afrikaner- y del pueblo blanco en general de nuestro país, que idolatra al Dios de la Justicia y practica la discriminación en virtud del color de la piel; profesa la compasión del Hijo del Hombre y niega la humanidad de los negros entre los que vive. La contradicción que escinde los fundamentos de mi vida, que me imposibilitaba verme a mí mismo como un hombre entre los hombres, con todo lo que implica de conciencia y responsabilidad...


11. No quiero saber nada más de ella, no quiero conocer sus debilidades ni calcularlas. Lo que yo tengo no es para ella; él me da a entender que su mujer no sabría qué hacer con eso y que no es culpa suya. -Uno está casado y no hay nada que hacer. Sin embargo me ha dicho que se casaría conmigo si pudiera, queriendo decir: deseo intensamente estar casado contigo. Lo ofendí un poco al no mostrarme conmovida. Son otras cosas que me ha dicho las que corresponden al texto según el cual vivo. En realidad no sé si deseo alguna forma de manifestación pública, de posición, de código como el matrimonio. No hay nada más privado y personal que la vida de una amante, ¿Verdad? Externamente, nadie sabe siquiera que somos responsables el uno ante el otro.


12. Seguí mi camino. No sé en qué momento tiene sentido, para mí, interceder. Todas las semanas la mujer que viene a limpiar mi piso y lavar mi ropa lleva una niña que juega a lustrar suelos y hacer la colada. Seguí mi camino porque el borracho era negro, pobre y estaba embrutecido. Si alguien ha de pedir cuentas que me las pidan a mí. Soy tan responsable de él como él del burro. No obstante el sufrimiento... Mientras lo miraba aquella era la síntesis del sufrimiento para mí. No hice nada. Dejé que golpeara al burro. El hombre era negro. En consecuencia, una especie de vanidad valía más que el sentimiento; no soporté verme a mí misma -a ella, a Rosa Burger- como una de las blancas que se interesan más por los animales que por los seres humanos. Dado que soy libre, tengo la libertad de llegar a ser una de ellas.


13. Los comunistas son los últimos optimistas.


14. (...) Pero tú sabes que embarcarse con ellos significaba huir...

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