
22 frases de La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca... Obra teatral en tres actos que cuenta la historia de Bernarda Alba, que siendo viuda por segunda vez a los 60 años, decide vivir los siguientes ocho años en el más riguroso luto.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Federico García Lorca son: viudez, ambientada en españa, violencia, condición de la mujer, fundamentalismo, miedos, relación madre-hija, falsas apariencias, falsa espiritualidad, guerra civil española, matrimonio sin amor.
Frases de Federico García Lorca
Frases de La casa de Bernarda Alba Federico García Lorca
01. ¡Qué les importa a ellos la fealdad! A ellos les importa la tierra, las yuntas y una perra sumisa que les dé de comer.
02. Siempre has sido lista. Has visto lo malo de las gentes a cien leguas... Pero los hijos son los hijos. Ahora estás ciega.
03. Niña, dame un abanico... Tome usted. (Le da un abanico redondo con flores rojas y verdes). Bernarda - (Arrojando el abanico al suelo) ¿Es éste el abanico que se da a una viuda? Dame uno negro y aprende a respetar el luto de tu padre.
04. ¡No me mires más! Si quieres te daré mis ojos, que son frescos, y mis espaldas para que te compongas la joroba que tienes.
05. Aquí se hace lo que yo mando. Ya no puedes ir con el cuento a tu padre. Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón. Eso tiene la gente que nace con posibles.
06. Subió, subió, subió la voz que parecía un cántaro llenándose de agua poco a poco. ¡Claro es que al final dio un gallo, pero da gloria oírlo!
07. Es así como se tiene que hablar en este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos, donde siempre se bebe el agua con el miedo de que esté envenenada.
08. Lo que pasa es que no tienes nada que decir. Si en esta casa hubiera hierbas, ya te encargarías de traer a pastar las ovejas del vecindario.
09. ¡Quisiera que ahora, que no come ella, que todas nos muriéramos de hambre! ¡Mandona! ¡Dominanta! ¡Pero se fastidia! Le he abierto la orza de chorizos.
10. Tirana de todos los que la rodean. Es capaz de sentarse encima de tu corazón y ver cómo te mueres durante un año sin que se le cierre esa sonrisa fría que lleva en su maldita cara.
11. Treinta años lavando sus sábanas; treinta años comiendo sus sobras; noches en vela cuando tose; días enteros mirando por la rendija para espiar a los vecinos y llevarle el cuento; vida sin secretos una con otra, y sin embargo, ¡Maldita sea! ¡Mal dolor de clavo le pinche en los ojos!
12. Martirio. - Le tienen miedo a nuestra madre. Es la única que conoce la historia de su padre y el origen de sus tierras. Siempre que viene le tira puñaladas el asunto. Su padre mató en cuba al marido de primera mujer para casarse con ella. Luego aquí la abandonó y se fue con otra que tenía una hija y luego tuvo relaciones con esta muchacha, la madre de adelaida, y se casó con ella después de haber muerto loca la segunda mujer. Amelia. - Y ese infame, ¿Por qué no está en la cárcel? Martirio. - Porque los hombres se tapan unos a otros las cosas de esta índole y nadie es capaz de delatar.
13. (...) Es la peor. Es un pozo de veneno.
14. Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio!
15. La Poncia - ¡Tanto te gusta ese hombre! Adela - ¡Tanto! Mirando sus ojos me parece que bebo su sangre lentamente.
16. Ese día me encerraré con ella en un cuarto y le estaré escupiendo un año entero.
17. (...) Ésa tiene algo. La encuentro sin sosiego, temblona, asustada, como si tuviera una lagartija entre los pechos.
18. Sí, para llenar mi casa con el sudor de sus refajos y el veneno de sus lenguas...
19. Clávame un cuchillo si es tu gusto, pero no me lo digas más.
20. Los pobres son como los animales. Parece como si estuvieran hechos de otras sustancias.
21. Las mujeres en la iglesia no deben mirar más hombre que al oficiante, y a ése porque tiene faldas.
22. No he dejado que nadie me dé lecciones... No llores. Si quieres llorar te metes debajo de la cama. ¿Me has oído?