Disfruta de estas 17 frases de "La cámara lúcida: nota sobre la fotografía"... Tomando como punto de partida algunas fotografías, el autor desarrolla el funcionamiento sígnico de la imagen y desvela los mecanismos de la escritura ensayística frente a la imagen fija.
Índice
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en las frases y pensamientos de "La cámara lúcida: nota sobre la fotografía", de Roland Barthes son: fotografía, belleza estética, historia del arte, representación de la realidad mediante el arte, semiología, poder de la imagen, identidad, percepción, publicidad, cámara fotográfica, viaje a través del tiempo.
Frases de "La cámara lúcida: nota sobre la fotografía"
01. La fotografía repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente.
02. En el fondo la fotografía es subversiva, y no cuando asusta, trastorna o incluso estigmatiza, sino cuando es pensativa.
03. La fotografía es el advenimiento de yo mismo como otro: una disociación ladina de la conciencia de la identidad.
04. La "vida privada" no es más que esa zona del espacio, del tiempo, en la que no soy una imagen, un objeto.
05. La cámara oscura debe ser llamada lúcida, pues esta muestra, incluso enseña rasgos de una persona que al natural no encontramos.
06. Cuando me siento observado por el objetivo, todo cambia: me constituyo en el acto de "posar", me fabrico instantáneamente otro cuerpo, me transformo por adelantado en imagen.
07. Sea lo que sea lo que ella ofrezca a la vista y sea cual sea la manera empleada, una foto es siempre invisible: no es a ella a quien vemos.
08. (...) La era de la fotografía corresponde a la irrupción de lo privado en lo público; a la creación de un nuevo valor social como es la publicidad de lo privado.
09. La fotografía siempre necesita una máscara de lo puro, pues por norma general, nadie quiere ver la realidad en sentido puro, siempre es mucho mejor rodearlo todo de ruido para ocultar ciertas cosas.
10. La sociedad, según parece, desconfía del sentido puro: quiere sentido pero quiere al mismo tiempo que este sentido esté rodeado por un ruido (como se dice en cibernética) que lo haga menos agudo.
11. La fotografía permite cerrar los ojos, los abrimos y sigue ahí, pero el cine no, por eso debe ser silenciosa. En la foto no hay un fuera de campo, lo que ocurre solo ocurre dentro.
12. En un primer tiempo, la fotografía, para sorprender, fotografía lo notable; pero muy pronto, por una reacción conocida, decreta notable lo que ella misma fotografía. El "cualquier cosa" se convierte entonces en el colmo sofisticado del valor.
13. Cuatro imaginarios que se cruzan, se afrontan, se deforman. Ante el objetivo soy a la vez: aquel que creo ser, aquel que quisiera que crean, aquel que el fotógrafo cree que soy y aquel de quien se sirve para exhibir su arte.
14. (...) Tenía la certeza de que me miraba, sin que estuviese seguro de que me viese: distorsión inconcebible: ¿Cómo mirar sin ver? La fotografía separa la atención de la percepción; sólo muestra la primera, aunque es imposible sin la segunda.
15. La fotografía, a veces, hace aparecer lo que jamás se percibe en un rostro real (o reflejado en un espejo): un rasgo genético, el pedazo de uno mismo o de un pariente que proviene de un ascendiente (...) La fotografía ofrece un poco de verdad, con la condición de trocear el cuerpo. Pero dicha verdad no es la del individuo, que sigue siendo irreductible; es la del linaje.
16. Lo que caracteriza a las sociedades llamadas avanzadas es que tales sociedades consumen en la actualidad imágenes y ya no, como las de antaño, creencias; son más liberales, menos fanáticas, pero también más "falsas" (menos "auténticas"), cosa que nosotros traducimos por la confesión de un tedio nauseabundo, como si la imagen al universalizase, produjese un mundo sin diferencias: eliminemos las imágenes, salvemos el deseo inmediato (sin mediación).
17. La fotografía puede ser un arte: cuando no hay en ella ya demencia alguna, cuando su noema es olvidado, y por consiguiente su esencia no actúa más sobre mí. El cine participa de esta domesticación de la fotografía (por lo menos el cine de ficción, el que se dice el séptimo arte); un film puede ser demente por artificio, presentar los signos culturales de la locura, pero nunca lo es por propia naturaleza. Es una ilusión, su visión es meditativa.