
7 frases de La Biblia de neón (The neon bible) de John Kennedy Toole... Un adolescente que vive en una población miserable del profundo Sur, donde el fanatismo religioso y la malevolencia hacen estragos en la vida de los ciudadanos. Pero un hecho hará que todo cambien en su vida.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de John Kennedy Toole son: adolescencia, campesinos, pobreza, pueblo chico, mayoría de edad, crítica a la religión, crítica social.
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Frases de La Biblia de neón John Kennedy Toole
01. (...) Eso me hacía pensar en cómo las personas a veces pueden hacer cosas de las que nunca las habrías creído capaces.
02. Según mi padre, el sol en Italia era más bonito que en ninguna otra parte. Era el más brillante y amarillo que había visto jamás, mucho más brillante que en el valle en pleno verano.
03. El escenario era como un licor para mí, como cerveza o whisky. A veces me hacía daño, igual que el licor perjudica a un borracho, pero me hacía daño en el corazón, y ésa es la diferencia.
04. Al pensar en estas cosas recordé lo vieja que era realmente. Supongo que nunca había reparado en su edad porque hacía todas las cosas con gran vigor, pero de repente pensé en lo vieja que era tía Mae, y le miré el pelo.
05. La colina contigua a la nuestra también estaba muy desarrollada, e incluso en la oscuridad podíamos ver los caminos que estaban abriendo en ella y que recordaban los crucigramas en los que solía hacernos trabajar el señor Farney, si bien nadie sabía suficientes palabras para completarlos.
06. Más o menos una vez al mes llegaba un cadáver al valle, pero sólo sus familiares iban a recogerlo. Nadie pensaba mucho en los muertos. Los vivos estaban por todas partes, con sus nuevos bebés y sus familias. Supongo que nadie quería pensar en los que llegaban a la estación en aquellas largas cajas de madera.
07. Si uno era distinto de los demás, tenía que marcharse del pueblo. Por esta razón todo el mundo se parecía tanto, en la manera de hablar y actuar, en sus gustos y sus odios. Si alguien detestaba algo, y era una persona como tenía que ser, todo el mundo debía detestar lo mismo. Si no lo hacías así, la gente te odiaba. En la escuela nos decían que debíamos pensar por nuestra cuenta, pero eso era imposible en el pueblo. Tenías que pensar como tu padre había pensado durante toda su vida, y eso era lo que todo el mundo pensaba.