Frases de El odio a la música

El odio a la música

27 frases de El odio a la música (La haine de la musique) de Pascal Quignard... Reflexión sobre la música y el ruido a través de diferentes textos literarios y filosóficos, con frases que hacen uso predominante del aforismo e indagan conceptos musicales o sonoros.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Pascal Quignard son: infancia, complejidades emocionales, uso de metáforas, aforismos, mitos, miedo a la muerte, espiritualidad y lenguaje, música.

Frases de Pascal Quignard Libros de Pascal Quignard

Frases de El odio a la música Pascal Quignard

01. La voz se produce y escucha al mismo tiempo.


02. Quien escribe es este misterio: un locutor que escucha.


03. El auditor mantiene cerrada la boca: abre los oídos.


04. El oído es el único sentido donde el ojo no ve.


05. Vivimos en la urgencia patética temporal. Temporal quiere decir continuamente originaria.


06. Las salas de concierto son grutas inveteradas cuyo dios es el tiempo.


07. No hay escucha profunda sin destrucción del que habla: zozobra ante lo comunicado.


08. (...) Entonces quien escucha deja de ser el mismo hombre y se desordena verdaderamente en pensamientos.


09. El auditor, en música, no es un interlocutor. Es una presa que se entrega a la trampa.


10. La audición es la única experiencia sensible de la ubicuidad. Por eso los dioses terminan como verbos.


11. Acecho permanente de irrupción, de arritmia, de guerra y de rebelión bajo la amenaza de la muerte.


12. El oído, en el adormecimiento, es el último sentido que capitula ante la pasividad sin consciencia que viene.


13. En silencio en nada define la carencia sonora: define el estado en que el oído está más alerta.


14. La música es el salario que el hombre adeuda al tiempo. Más precisamente: al intervalo muerto que hace los ritmos.


15. La música es incluso más nada que la muerte que ella llama en la convocación pánica de las sirenas.


16. La naturaleza de los sonidos es ser invisible, sin contornos precisos, con potencia para interpelar lo invisible o para hacerse mensajeros de los indelimitable.


17. ¿Es el tiempo el disparo del ser? ¿Son sus flechas la música, el lenguaje, la noche y el silencio? ¿La muerte su blanco?


18. Oír es ser tocado a distancia. El ritmo está ligado a la vibración. Por eso la música vuelve involuntariamente íntimos unos cuerpos yuxtapuestos.


19. La experiencia de la tempestad es siempre abismal. En el intervalo entre el relámpago y el trueno, en cada ocasión tiembla el cuerpo, palpita el corazón.


20. Ocurre que el infinito de la pasividad (la recepción apremio invisible) se basa en la audición humana. Lo resumo en la fórmula: las orejas no tienen párpados.


21. Para los oídos, lo que retorna al alma es la significación del lenguaje (los niémata, las ideas, los fantasmas que la voz excita) y no la substancia de la palabra.


22. La música no se examina ni se encara. La música arrebata de inmediato en el arrebato físico de su cadencia tanto al que la ejecuta como al que la padece.


23. ¿Por qué el oído es la puerta de aquello que no es de este mundo? ¿Por qué el universo acústico desde su origen consistió en el acceso privilegiado al otro mundo?


24. El auditor, en lenguaje, es un interlocutor: la egophoria pone a su disposición el yo y la posibilidad abierta de responder en todo momento. El auditorio, en música, no es un interlocutor. Es una presa que se estrega a la trampa.


25. El eco es la voz de lo invisible. Durante el día los vivos no ven a los muertos. Pero los ven en la noche, en los sueños. En el eco el emisor es inhallable. Lo visible y lo audible juegan a las escondidas.


26. La imagen es una muñeca localizable. Un maniquí o una terrificatio. El eco no es una muñeca sonora, no es una efigie. El eco no es exactamente un objectus, no es un reflejo arrojado ante el hombre: es una reflexión sonora y quien la oye no se acerca sin destruir su efecto.


27. El chamanismo es la caza de los espíritus que brincan de animal en animal en la doble inmensidad de los mundos visible y nocturno, es decir real y onírico. Esta caza es un viaje del cual hay que regresar. Es la culpa paleolítica: ser capaz de traer la presa que devino predadora de su predador.

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