Disfruta de estas 22 frases de "El miedo a la libertad"... Libro de Fromm explora la relación cambiante entre la humanidad y la libertad poniendo énfasis en las consecuencias de la ausencia de la última. Sus frases analizan la relación entre libertad y autoritarismo, la alienación y el miedo.
Índice
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en las frases y pensamientos de "El miedo a la libertad", de Erich Fromm son: totalitarismo, independencia, aislamiento, democracia, libertad personal, sociedad totalitaria, psicología social, fascismo.
Frases de "El miedo a la libertad"
01. El acto de desobediencia, como acto de libertad, es el comienzo de la razón.
02. La libertad trajo el aislamiento y la insignificancia personales antes que la fuerza y la confianza.
03. Todos son completamente "libres", siempre que no interfieran con los derechos legítimos de los demás.
04. ¿Puede la libertad volverse una carga demasiado pesada para el hombre, al punto que trate de eludirla?
05. Pero en sentido psicológico, el deseo de poder no se arraiga en la fuerza, sino en la debilidad.
06. Pero no solamente el hombre es producto de la historia, sino que también la historia es producto del hombre.
07. La individuación es un proceso que implica el crecimiento de la fuerza y de la integración de la personalidad individual.
08. Sentirse completamente aislado y solitario conduce a la desintegración mental, del mismo modo que la inanición conduce a la muerte.
09. Si yo no soy para mí mismo, ¿Quién será para mí? Si yo soy para mí solamente, ¿Quién soy yo?
10. Muchos perecieron en ellas con la convicción de que era preferible morir en la lucha contra la opresión a vivir sin libertad.
11. El trabajo es siempre trabajo concreto, es decir, un tipo específico de trabajo dentro de un tipo específico de sistema económico.
12. La naturaleza humana, aun cuando es producto de la evolución histórica, posee ciertos mecanismos y leyes inherentes, cuyo descubrimiento constituye la tarea de la psicología.
13. La racionalización no representa un instrumento para penetrar en la realidad, sino que constituye un intento post factum destinado a armonizar los propios deseos con la realidad exterior.
14. La entidad básica del proceso social es el individuo, sus deseos y sus temores, su razón y sus pasiones, su disposición para el bien y para el mal.
15. Las inclinaciones humanas más bellas, así como las más repugnantes, no forman parte de una naturaleza humana fija y biológicamente dada, sino que resultan del proceso social que crea al hombre.
16. El hombre necesita de la cooperación de los demás si quiere sobrevivir, debe cooperar ya sea para defenderse de los enemigos o de los peligros naturales, ya sea para poder trabajar y producir.
17. La naturaleza del hombre, sus pasiones y angustias son un producto cultural; en realidad, el hombre mismo es la creación más importante y la mayor hazaña de ese incesante esfuerzo humano cuyo registro llamamos historia.
18. El tipo de conexión con el mundo puede ser noble o trivial, pero aun cuando se relacione con la forma más baja y ruin de la estructura social, es, de todos modos, mil veces preferible a la soledad.
19. Una vez alcanzada la etapa de completa individuación y cuando el individuo se halla libre de sus vínculos primarios, una nueva tarea se le presenta: orientarse y arraigarse en el mundo y encontrar la seguridad siguiendo caminos distintos de los que caracterizaban su existencia preindividualista.
20. El campo de las relaciones humanas, en el sentido de Freud, es similar al mercado: es un intercambio de satisfacciones de necesidades biológicamente dadas, en el cual la relación con los otros individuos es un medio para un fin y nunca un fin en sí mismo.
21. El impulso de vida y el de destrucción no son factores mutuamente independientes, sino que son inversamente proporcionales. Cuanto más el impulso vital se ve frustrado, tanto más fuerte resulta el que se dirige a la destrucción; cuanto más plenamente se realiza la vida, tanto menor es la fuerza de la destructividad.
22. Las necesidades fisiológicamente condicionadas no constituyen la única parte de la naturaleza humana que posee carácter ineludible. Hay otra parte que es igualmente compulsiva, una parte que no se halla arraigada en los procesos corporales, pero sí en la esencia misma de la vida humana, en su forma y en su práctica: la necesidad de relacionarse con el mundo exterior, la necesidad de evitar el aislamiento.