22. Una mujer que creía haber estado expuesta a la tos de un paciente con cáncer de pulmón escribió: "¿Puedo hacer algo para eliminar el germen del cáncer? ¿Se pueden fumigar las habitaciones? .. ¿Debo rescindir el contrato de alquiler y mudarme?".
23. Si el cáncer existía, permanecía sumergido bajo el mar de las otras enfermedades. En rigor, su aparición en el mundo es el producto de un doble negativo: solo se torna común con la eliminación de todas las otras enfermedades letales.
24. Cada época da forma a la enfermedad a su propia imagen. La sociedad, como el más consumado de los pacientes psicosomáticos, adapta sus aflicciones médicas a sus crisis psicológicas; cuando una enfermedad toca una cuerda tan visceral, a menudo es porque esa cuerda ya estaba resonando.
25. La palabra metástasis, utilizada para describir la migración del cáncer de un sitio a otro, es una curiosa mezcla de meta y stasis -"más allá de la quietud" en griego-, un estado sin amarras, parcialmente inestable, que hace eco a la singular inestabilidad de la modernidad.
26. Pierre y Marie Curie (por entonces Maria Sklodowska, una inmigrante polaca sin un centavo que vivía en una buhardilla parisina) se habían conocido en la Sorbona y se habían sentido atraídos el uno por el otro a raíz de un interés compartido por el magnetismo.
27. La leucemia es un cáncer de los glóbulos blancos: el cáncer en una de sus más explosivas y violentas encarnaciones. Como una de las enfermeras de las salas solía recordar a sus pacientes, con esta enfermedad "aun el corte causado por un papel es una urgencia".
28. El paso de la exploración a la cura suscitó un reto imprevisto. La tarea de un cirujano oncológico era eliminar tejidos malignos y dejar a la vez intactos los tejidos y órganos normales. Pero esa tarea, como Billroth no tardó en comprobar, exigía un espíritu creativo casi propio de un dios.
29. El cáncer no es un campo de concentración, pero comparte con él la característica de la aniquilación: niega la posibilidad de una vida fuera y más allá de sí mismo; subsume todo lo que vive. La vida diaria de un paciente termina por estar tan intensamente ocupada por la enfermedad que el mundo se desvanece.
30. El poeta Jason Shinder escribió: "El cáncer es una enorme oportunidad de apretar la cara contra el vidrio de nuestra mortalidad". Pero lo que los pacientes ven al otro lado del vidrio no es un mundo al margen del cáncer, sino un mundo confiscado por él, el cáncer incesantemente reflejado en torno a ellos como una sala de espejos.
31. El cáncer es una enfermedad expansionista; invade los tejidos, establece colonias en paisajes hostiles, busca un "santuario" en un órgano y luego migra a otro. Vive desesperada, inventiva, feroz, territorial, astuta y defensivamente; por momentos, como si nos enseñara a sobrevivir. Confrontar al cáncer es ponerse frente a una especie paralela, quizá aún más adaptada que nosotros a la supervivencia.
32. (...) Los médicos del siglo XIX solían vincularlo a la civilización: esta enfermedad, suponían, era causada por la prisa y el vértigo de la vida moderna, que de algún modo incitaba el crecimiento patológico en el cuerpo. El vínculo era correcto, pero la causalidad no: la civilización no causó el cáncer sino que, al extender la duración de la vida humana, lo sacó a la luz.
33. Los médicos del futuro tal vez se rían de nuestra mezcla de primitivos cócteles de venenos para eliminar la enfermedad más elemental y magistral conocida por nuestra especie. Pero mucho, en esta batalla, seguirá siendo igual: la implacabilidad, la inventiva, la resiliencia, la inquieta oscilación entre el derrotismo y la esperanza, la pulsión hipnótica de búsqueda de soluciones universales, la decepción de la derrota, la arrogancia y la desmesura.
34. Cuando una sustancia quimioterapéutica o el sistema inmunológico atacan el cáncer, los clones mutantes que pueden ofrecer resistencia al ataque se desarrollan. Las células cancerosas más aptas sobreviven. Este amargo y despiadado ciclo de mutación, selección y crecimiento excesivo genera células que están cada vez más adaptadas a la supervivencia y el crecimiento. En algunos casos, las mutaciones aceleran la adquisición de otras mutaciones. La inestabilidad genética, como una locura perfecta, no hace sino dar mayor impulso a la generación de clones mutantes.
35. A mediados de la década de 1880, Pierre había utilizado minúsculos cristales de cuarzo para diseñar un instrumento llamado electrómetro, capaz de medir cantidades extraordinariamente pequeñas de energía. Por medio de este dispositivo Marie había demostrado la posibilidad de cuantificar cantidades incluso diminutas de radiación emitidas por minerales de uranio. Con su nuevo instrumento de medición de la radiactividad, Marie y Pierre Curie comenzaron la exploración de nuevas fuentes de rayos X. La medición impulsaba así el inicio de otro monumental viaje de descubrimiento científico.
36. Pero la historia de la leucemia -la historia del cáncer- no es la de los médicos que luchan y sobreviven, pasando de una institución a otra. Es la historia de los pacientes que luchan y sobreviven, pasando de un muro de contención de la enfermedad a otro. La resiliencia, la inventiva y la capacidad de supervivencia -cualidades a menudo atribuidas a los grandes médicos- son cualidades reflejas, que emanan ante todo de quienes luchan con la enfermedad y solo después aparecen, como proyectadas en un espejo, en quienes los tratan. Si la historia de la medicina se cuenta a través de las historias de los médicos, es porque sus contribuciones ocupan el lugar del heroísmo más sustantivo de sus pacientes.