45 frases de El arte de conducir bajo la lluvia (The art of racing in the rain) de Garth Stein... La vida de toda la familia cambia cuando el cáncer se presenta en sus vidas. Dolor, angustia, esperanzas y muchas metáforas transmitidas por Enzo, el perro de la familia.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Garth Stein son: historia sobre animales, cáncer, carreras de automóviles, perros, reencarnación, coraje ante la adversidad, luchar por un sueño, importancia de la familia, amor a los animales, búsqueda de la excelencia.
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Frases de El arte de conducir bajo la lluvia Garth Stein
01. La intención lo es todo.
02. El verdadero héroe es imperfecto. Campeón no es el que triunfa, sino quien sabe sortear obstáculos, preferiblemente de su propia autoría, para hacerlo.
03. (...) Entiendo que un piloto de carreras debe ser egoísta. Tener éxito en los primeros niveles de cualquier disciplina requiere egoísmo.
04. Un ganador, un campeón, aceptará su destino.
05. Debes brillar con toda tu luz todo el tiempo.
06. La carrera es larga. Y para ganarla, debes llegar al final.
07. Las personas y sus rituales. A veces se aferran tanto a las cosas...
08. Pero ¿Qué es peor, oler el asado y no comerlo o nunca llegar a olerlo?
09. La memoria es el tiempo que se pliega sobre sí mismo. Recordar es desprenderse del presente.
10. El compromiso es necesario para alcanzar nuestros objetivos.
11. El lenguaje humano, con sus miles de palabras, es preciso, pero también puede ser maravillosamente vago.
12. Nosotros también debemos destrozar las apariencias. Debemos mirar nuestro propio interior y eliminar toda distorsión, hasta que aquello que nuestros corazones saben que es la perfecta verdad quede frente a nosotros.
13. Lo visible se vuelve inevitable.
14. Lo que me rodea no afecta a mi ánimo. Mi ánimo afecta a lo que me rodea.
15. Primera regla de la conducción deportiva: jamás te apartes para dejarle paso a nadie. Haz que ellos te tengan que pasar.
16. Con mucha suavidad. Como si hubiese cáscaras de huevo en los pedales y no quisieras romperlas. Así se conduce bajo la lluvia.
17. Al suprimir el síntoma se obliga al mal a expresarse de forma más profunda en alguna otra ocasión. Se agrava.
18. Ella era mi lluvia. Era mi elemento impredecible. Era mi miedo. Pero un piloto no puede temerle a la lluvia, un piloto debe amarla.
19. Somos los creadores de nuestros propios destinos. Pero, actuemos intencionadamente o por ignorancia, nadie más que nosotros mismos es responsable de nuestros éxitos o fracasos.
20. Los abuelos son así. Están convencidos de que son mejores padres que sus propios hijos, cuyas vidas ya arruinaron.
21. La gente habla de voluntad de vivir. Porque la gente le teme a la muerte. La muerte es oscura, desconocida, aterradora. Pero no para mí. No es el fin.
22. Ésta es una regla de las carreras: ninguna carrera se gana en la primera curva. Muchas se pierden ahí.
23. Las personas no eran tan alérgicas a lo que las rodea antes de ponerse a contaminarlo, y a contaminarse a sí mismas, con todo tipo de productos químicos y toxinas.
24. ¡Aprende a escuchar! Te lo suplico. Intenta pensar que eres un perro como yo y escucha a la gente, en lugar de querer reemplazar sus anécdotas con las tuyas.
25. Cuando surge uno de estos problemas, el mal conductor choca. El conductor normal se da por vencido. Los buenos siguen al volante. Dan con una manera de seguir conduciendo a pesar del problema.
26. Si yo obligo al coche a hacer algo de forma intencionada, debo saber cómo va a responder. En otras palabras, sólo es impredecible si no soy... Dueño de mis actos.
27. Cuando un perro muere, su alma va al mundo que nos rodea. Su alma, libre, corre por el mundo, corre por los campos, goza de la tierra, el viento, los ríos, la lluvia...
28. Murió ese día porque su cuerpo ya había cumplido con su propósito. Su alma hizo lo que vino a hacer, aprendió lo que debía aprender, así que estaba en libertad de marcharse.
29. Correr tiene que ver con la disciplina y la inteligencia, no con quién pisa más el acelerador. A fin de cuentas, el que sea más astuto para conducir siempre es el que gana.
30. Mi alma aprendió lo que vino a aprender, y todas las demás cosas no son más que cosas. No podemos tener todo lo que queremos. A veces, no nos queda más remedio que creer.
31. A las personas, como a los perros, les encanta la repetición. Perseguir una pelota, recorrer la recta de un circuito de carreras, tirarse por un tobogán. Porque cada repetición es igual pero distinta al mismo tiempo.
32. Mucho de lo que se dice no se expresa en palabras. Una gran parte del lenguaje consta de miradas, gestos y sonidos no verbales. La gente no se da cuenta de la vasta complejidad de la manera en que se comunica.