36. La belleza perfecta ha de estar unida a la perfección del cuerpo desnudo, y los fragmentos dispersos son la promesa de una obra de arte reconstruida.
37. Hay días en los que uno tiene la impresión de que los hombres viven como ratas y no siente el menor deseo de parecerse a ellos.
38. Con frecuencia, si uno lleva a la práctica una idea fija, logra curarse de ella. Pero, si bien se cura de la idea, no así de su causa.
39. Lo primero que ha de hacer el arte es violar las reglas de la realidad. Y ha de ser así a fin de que pueda existir por sí mismo.
40. Hay escritores para quienes el hastío tan solo consiste en alardear de hastío, con lo podríamos llamar el don del hastío o el hastío del don.
41. Lo que vuelve cruel a un hombre es sobre todo la conciencia de ser amado. La crueldad de quienes no son amados carece de importancia. Los llamados humanistas siempre son feos.
42. Los viejos no creen en el futuro, por la fuerza de la inercia que les han inculcado los años, mientras que los jóvenes carecen de esa inercia de la edad.
43. La suave redondez de sus hombros, la inocencia que revelaba el pecho demasiado expuesto en su desnudez, el encanto de los labios...Todo ello poseía una dulzura extraña e inexplicable.
44. Cuando se escribe una novela, es difícilmente imaginable que el autor no trate de arrogarse aquello que desprecia, y por el contrario, el intento de hacerlo es un cómodo atajo.
45. En el amor que un artista siente por su modelo, el deseo carnal y el deseo espiritual se unen de un modo tan perfecto que la frontera entre ambos acaba por diluirse.
46. La mesa es un mueble extraño. Cuando se sienta a su mesa, el novelista tiene la sensación de que le aprieta entre sus brazos y le resulta difícil zafarse.
47. Me gustaría que vivieras de nuevo mi juventud, pero a la inversa de como la viví yo. En una palabra, me gustaría que te convirtieras en mi hijo y me vengaras.
48. En todo hogar se incuba una desgracia. El viento favorable que impulsa a un velero por el rumbo correcto es, en lo fundamental, el mismo que, convertido en vendaval de tormenta, lo hace naufragar.
49. Comprendo la desazón del espía. El espía no debe hacer caso de su deseo para actuar, pues de lo contrario todos los actos que realiza por su patria serían triviales...
50. Ha dado comienzo la producción en serie de la belleza. Y de esta manera la belleza ha amontonado invectivas sobre esas innumerables bellezas falsas que, en esencia, tienen el mismo origen que ella...
51. Cuando uno se convence de que, al enamorarse, resulta tremendamente vulnerable, la idea de haber vivido hasta entonces desconocedor de esta verdad le hace estremecerse. Por esta razón, el amor vuelve virtuosas a ciertas personas.
52. La desdicha entrevista a través de una ventana es más bella que la que puede verse en el interior, pues no es frecuente que la desdicha penetre por la ventana para abalanzarse sobre nosotros.
53. La creencia en que la belleza impone el silencio ha acabado por pertenecer al pasado. La belleza ya no impone el silencio. Incluso si la belleza pasa en medio de un banquete, los comensales no interrumpen sus conversaciones.
54. Podría decirse que la manera en que los artistas se ven obligados a falsear sus sentimientos es la opuesta a la manera en que las personas corrientes tienen que hacerlo. Los primeros mienten para revelar, los segundos para disimular.
55. Es natural lo que nace y no lo que ha sido creado. La creación es una función que hace dudar a la naturaleza de sus orígenes, pues, en definitiva, la creación es el método de la naturaleza.
56. Cuando uno piensa en la felicidad ajena, sueña sin darse cuenta en la manera de alcanzar su propia felicidad, lo cual, a fin de cuentas, le hace ser más egoísta que si se ocupara tan sólo de su felicidad.
57. Uno no vive su juventud en soledad. De la misma manera que un gran acontecimiento tiene necesidad de que se le inscriba de inmediato en la historia, así una juventud encerrada en un hermoso cuerpo ha de tener cerca de ella alguien que la describa.
58. Era un joven de sorprendente belleza. La seducción que se desprendía de su cuerpo era suave, casi dubitativa, y evocaba no tanto una estatua griega de la época clásica como un Apolo esculpido en bronce por un artista de la escuela del Peloponeso.
59. Cuando los valores en los que una persona ha creído firmemente y que han constituido los pilares de su vida son escarnecidos, lance un grito de rebeldía. La mayoría de los hombres maduros pertenecen a la misma categoría humana que las mujeres virtuosas.
60. No podemos tener la experiencia de la muerte. Sin embargo, de vez en cuando, tenemos la posibilidad de experimentar la muerte. La experimentamos por medio de la idea de la muerte, la de una muerte en la familia, la de un ser querido. En una palabra, la muerte es el único estilo de vida.
61. De la misma manera que la arena que se desliza desde la ampolleta superior de un reloj de arena adopta la misma exacta en la parte inferior, así cuando la juventud se vive hasta su final, es preciso que todas las gotas que caen de la clepsidra cristalicen y formen en seguida a su lado una estatua inmortal.
62. El noventa por ciento de los éxitos de este mundo se logran a expensas de la juventud. La armonía clásica entre la juventud y el éxito tan sólo subsistía en el mundo de los Juegos Olímpicos, pero se basaba en un sutil principio de ascetismo cuyos componentes eran la abstinencia y la austeridad.
63. En la vida trazamos el rumbo hacia el que pensamos que es el mal menor, pero la satisfacción que nos procura ese instante se mezcla con el placer de humillar nuestros deseos más ardientes y más difíciles de colmar, en el fondo del corazón, y nos contentamos con decirnos que es un mal menor.
64. Hoy en día se ha erradicado de nuestra cultura el interés extremadamente detallado por la inmoralidad que tan importante había sido. La metafísica de la inmoralidad ha muero y no ha quedado más que su ridículo, y éste no es más que objeto de burla. Eso es todo. La enfermedad del ridículo ha desbaratado el equilibrio de la vida.
65. ¿Qué es la moral? ¿Puede calificarse como inmoral el gesto de un pobre que, con el pretexto de que el otro es rico, le arroja una piedra? ¿No es acaso la moral un principio creativo que anula la razón particular al universalizar el sistema de las causas? Por ejemplo, en nuestro días, la piedad filial es moral, y lo es tanto más cuanto que su causa ha desaparecido.
66. La moral de los seres bellos consiste en poder sustraerse a todo deber. La belleza no tiene tiempo de ser responsable cada vez que se manifiesta la influencia de su fuerza imprevisible. La belleza no tiene tiempo de pensar en la felicidad, y todavía menos en la felicidad ajena...Pero es precisamente por eso por lo que la belleza tiene le poder de hacer feliz a quien está preparado para morir sufriendo.
67. El cuerpo de un hombre es como el brillo de una llanura luminosa de la que se tiene una perfecta perspectiva. A diferencia del cuerpo femenino, no ofrece el asombro de descubrir un pequeño manantial en cada paseo, como tampoco una mina, donde, al adentrarse uno, percibe cristalizaciones. Todo es exterior, la encarnación de la pura belleza visible. Uno pone todo su amor, todo su deseo en la primera curiosidad ardiente, y luego el amor invade el espíritu o se desliza alegremente sobre otro cuerpo.