Disfruta de estas 18 frases de "De la autoestima al egoísmo"... Conversación cálida y amigable entre el autor y sus lectores, recorriendo algunos de los temas que han preocupado a los hombres y las mujeres a lo largo del tiempo.
Índice
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en las frases y pensamientos de "De la autoestima al egoísmo", de Jorge Bucay son: miedos, tener miedo, temor, fobias, pánico, hacerse cargo de uno mismo, reencontrarse con uno mismo, sentimiento de culpa, sentimientos, egoísmo, construir una autoestima inquebrantable.
Frases de "De la autoestima al egoísmo"
01. La palabra emoción deriva de moción, que significa movimiento.
02. La culpa es un bozal que le cabe sólo a los que no muerden.
03. El susto entra por la percepción y el miedo entra por la imaginación.
04. La lástima es el sentimiento de los soberbios, de los que se sienten por encima.
05. El amor no está en nosotros para sacrificarse por el otro, sino para disfrutar de su existencia...
06. Animémonos a aceptar la propiedad de nuestras emociones: nadie te hace sentir nada; tú sientes o no.
07. Sólo si me siento valioso por ser como soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero.
08. Hay que dejar salir las emociones. Hay que sacarlas hacia donde van dirigidas. No reprimir, no tragarse las cosas.
09. Recuerden siempre: la emoción es la mitad del proceso; la otra mitad es lo que uno hace con esa emoción.
10. No hay que ser de ninguna manera determinada para ser valioso. Para serlo verdaderamente, lo primero es ser exacta y exclusivamente como soy.
11. El miedo es, entonces, causa y consecuencia de la conducta neurótica, y hasta cierto punto también su definición, porque el miedo condiciona, limita, restringe, achica, distorsiona.
12. El único antídoto universal contra el miedo es la acción y, por lo tanto, cada vez que tengo un miedo, debo saber que tengo que actuar; buscar la acción es lo que me puede sacar del miedo.
13. La caridad (...) es un acto de lo más mezquino. Es como estar diciendo: "Yo no tengo nada que ver, yo ayudé". La ayuda no enaltece cuando se hace desde la culpa. Hay que tener muy claro esto para poder decir que no y no sentirse culpable.
14. Uno puede hacer cosas porque ama al otro, puede hacer cosas porque es solidario con el otro, puede hacer cosas porque tiene ganas de hacerlas o porque cree que tiene el deber y la obligación de hacerlas. Pero hacerlas porque el otro me da lástima, repito, eso es de lo peor.
15. El verdadero estrés -en realidad deberíamos llamarlo distrés- es un estado de agotamiento completo de los sistemas de adaptación y del manejo del peligro donde ya el cuerpo no puede responder con señales de alerta y el individuo se desmorona; por lo general, no puede hacer más, nada.
16. Partiera de la idea de un ser humano esencialmente noble, generoso, amoroso, solidario y creativo, entonces no necesitaría inculcar la culpa ni educar represivamente. Pues bien, como ustedes se habrán dado cuenta, yo parto de este segundo concepto del mundo y de la humanidad. Y partiendo desde allí, la culpa sólo sirve para conflictuarnos, para volvernos más y más neuróticos, menos y menos auténticos.
17. En verdad, está deprimido, aunque no se dé cuenta. En ese caso, hace falta que alguien lo ayude a darse cuenta de que lo que tiene es una depresión. En el consultorio, casos así son vividos con mucha sorpresa; el paciente se entera de que está deprimido y encara esa depresión, si bien nunca se había dado cuenta de que la tenía. A diferencia de la tristeza, la depresión no es un diagnóstico fácil.
18. Los sentimientos son otra cosa. Yo no digo que tú no puedas enamorarte, digo que nadie te puede hacer sentir. Por ejemplo, yo estoy al lado de mi mujer y me siento feliz, al lado de ella me siento contento, me excito, me enojo, etcétera. Pero soy yo; yo siento con ella, no es que ella me haga sentir. Y a veces ocurre que, afortunadamente, ella también siente. Y lo siente ella, lo siente conmigo; no es que yo la haga sentir.
