
11 frases de Cuentos de la edad del jazz (Tales of the jazz age) de F. Scott Fitzgerald... Colección de historias divididas en tres grupos, todas publicadas en revistas. Destacan los relatos "El curioso caso de Benjamin Button" y "Un diamante tan grande como el Ritz".
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de F. Scott Fitzgerald son: vitalidad, matrimonio, vida y muerte, primer amor, nostalgia, jazz, generación perdida, absurdo.
Frases de F. Scott Fitzgerald Libros de F. Scott Fitzgerald
Frases de Cuentos de la edad del jazz F. Scott Fitzgerald
01. Sois vosotros, los jóvenes con energía y vitalidad, los que tenéis un gran futuro por delante.
02. (...) Se dio cuenta de que, a medida que el nuevo siglo avanzaba, se fortalecía su sed de diversiones.
03. Jamás me casaré -llegó a decir-. He visto muchas bodas, y sé que un matrimonio feliz es una cosa rarísima. Y ya soy demasiado viejo.
04. Se apoderó de él cierta rigidez, la sangre le afluyó a las mejillas y a la frente, y sintió en los oídos el palpitar constante de la sangre. Era el primer amor.
05. La columna de viajeros que esperaba para tomar el tren me pareció tan remota como los habitantes de otro mundo, pero era yo quien se alejaba a la deriva y los dejaba atrás.
06. Toda la vida era clima: esperar, bajo aquel calor en el que los hechos no tenían sentido, a que volviera el frescor, acariciador y suave como una mano de mujer sobre una frente cansada.
07. Una imagen grotesca se materializó con tremenda nitidez ante los ojos del hombre atormentado: una imagen de sí mismo paseando por las abarrotadas calles de la ciudad con aquella espantosa aparición renqueando a su lado.
08. No era un error: veía a un hombre de setenta años, un recién nacido de setenta años, un recién nacido al que las piernas se le salían de la cuna en la que descansaba.
09. Los Schnlitzer- Murphy tenían diamantes como nueces...-Eso no es nada -Percy se le acercó y bajó la voz, que ahora sólo era un susurro-. Eso no es nada. Mi padre tiene un diamante más grande que el Hotel Ritz-Carlton.
10. Era una noche magnífica. La luna llena bañaba la carretera con un apagado color platino, y, en el aire inmóvil, la cosecha de flores tardías exhalaba aromas que eran como risas suaves, con sordina. Los campos, alfombrados de trigo reluciente, brillaban como si fuera de día. Era casi imposible no emocionarse ante la belleza del cielo, casi imposible.
11. Usted está en la edad romántica. Cincuenta años. A los veinticinco los hombres son demasiado mundanos; a los treinta están atosigados por el exceso de trabajo. Los cuarenta son la edad de las historias largas: para contarlas se necesita un puro entero; los sesenta...Ah, los sesenta están demasiado cerca de los setenta, pero los cincuenta son la edad de la madurez. Me encantan los cincuenta.