Frases de Boquitas pintadas

Boquitas pintadas

15 frases de Boquitas pintadas de Manuel Puig... Relato sobre Juan Carlos Etchepare y tres mujeres: Nené, Mabel y la viuda Di Carlo. Formidable exposición de las relaciones humanas y el valor de los lazos afectivos contra la impunidad de los vínculos establecidos por el deseo.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Manuel Puig son: historia de amor, pasión prohibida, crimen, cartas de amor, infidelidad, relaciones personales, ambientada en córdoba (argentina), recuerdos, pueblo ficticio de coronel vallejos.

Frases de Manuel Puig Libros de Manuel Puig

Frases de Boquitas pintadas Manuel Puig

01. Cuando se tiene un amor, a qué perder el tiempo sola...


02. Bueno mi amor, escribime pronto una de esas cartas lindas tuyas, mandamela pronto, no la pienses como yo.


03. En este momento te agarraría de la mano y te llevaría hasta el cielo, o por lo menos ha alguna parte lejos de acá.


04. Por primera vez veo que te vas a enamorar, porque baraja de amor no te salió ninguna, puerco asqueroso, tanta mujer y no querés a ninguna...


05. Que lo pases bien en la estancia, estudia inglés y trata de aprender por último, nunca al principio, la palabra "yes", que significa... ¡Sí! Usando poco ese monosílabo conquistarás al mundo...


06. ¡Juan Carlos! Sorpresas tengo...en todos estos años que separados vivimos... ¡Aprendí a cocinar! ¡Sí! Puedo prepararte lo que más te plazca, Juan Carlos ¿Me pides que hoy junto a ti me acueste?


07. Lo único que le pido es que si está decidida a no escribirme más, por lo menos me mande esta carta de vuelta, abierta se entiende, en prueba de que la leyó. ¿O será mucho pedirle?


08. Cabe, aquí, la reflexión filosófica: ¡Cuántos, cuántos solemos andar por este histriónico mundo llegando diariamente al final de la etapa sin lograr saber qué papel hemos estado desempeñando en el escenario de la vida!


09. En esa calle de Buenos Aires los árboles crecían inclinados, tanto por el día como por la noche. Qué inútil humillación, era de noche, no había sol ¿Por qué inclinarse? ¿Habían olvidado esos árboles toda dignidad y amor propio?


10. ¿Lo mejor del cielo? Muy pronto los ángeles me lo habrán de mostrar ¿Adónde me llevan? La tierra abajo quedó, eclipse de vida en la tierra, las almas ya vuelan hacía el sol, eclípsase el sol de repente y es negro el cielo de Dios.


11. Vos ahora olvidate de todo esto, que a vos no te toca, vos sos sana, no te entran ni las balas, dura, sos como el diamantito que tienen en la ferretería para cortar los vidrios, aunque los diamantes son sin color como un vaso sin vino, mejor llenita de vino, coloradita entonces, como un rubí, mi vida.


12. (...) Pero lo que me ha tornado irritable es la duda: ¿Lo quiero o no lo quiero? Últimamente ha surgido un nuevo personaje en discordia: un joven estanciero de origen inglés, menos apuesto que "él" pero de trato agradable, se ha valido de su amistad con papá para introducirse en casa y dirigirme palabras galantes. Y he aquí la disyuntiva...


13. (...) Que las mujeres no lo querían dejar...Por las cosas que pasan en la cama. -Pero, Mabel, yo no estoy de acuerdo. Las mujeres se enamoran de él porque es muy buen mozo. Eso de la cama, como decís vos, no. Porque hablando la verdad, una vez que se apaga la luz no se ve si el marido es lindo o no, son todos iguales. - ¿Todos iguales? Nené, vos no sabés entonces que no hay dos iguales.


14. Pensó en los consejos de la patrona. Según ésta las sirvientas no debían dejarse acompañar por la calle ni bailar más de una pieza en las romerías populares con muchachos de otra clase social. Debían descartar ante todo a los estudiantes, a los empleados de banco, a los viajantes, a los propietarios de comercio y a los empleados de tienda.... La señora Aschero olvidó incluir en la lista a los hombres casados. Le recomendaba en cambio a cualquier muchacho bueno trabajador, palabras con las que designaba a los obreros de toda índole.


15. Vida, yo te extraño, antes de recibir tu carta andaba raro, con miedo de enfermarme de veras, pero ahora cada vez que leo tu carta me vuelve la confianza. Qué felices vamos a ser, rubí, te voy a tomar todo el vinito que tenés adentro, y me voy a agarrar una curda de las buenas, una curda alegre, total después me dejás dormir una siesta al lado tuyo, a la vista de tu vieja, no te asustes, ella que nos vigile nomás ¿Y el viejo, nadie le pisa los almácigos ahora que no estoy yo?

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