
11 frases de Armada de Ernest Cline... Zack Lightman sabe dónde está el límite entre lo real y lo imaginario... Y entonces ve un platillo volador igual a los del videojuego que lo apasiona, donde los invasores quieren apoderarse de la Tierra.
- 01. Frases de Armada
- 02. Obras similares
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Ernest Cline son: naves espaciales, invasión extraterrestre, videojuegos, drones, fin del mundo, tecnología, enemigos, enfrentar la realidad, exterminio.
Frases de Ernest Cline Libros de Ernest Cline
Frases de Armada Ernest Cline
01. Me había pasado toda la vida abusando sin control del escapismo y permitiendo que la fantasía se convirtiera en mi realidad.
02. Echarle la culpa a unas galletas glaseadas que había tomado para desayunar era peor que alucinar con una nave espacial ficticia salida de un videojuego.
03. Cada vez que veía una película de Star Wars me preguntaba cómo era posible que el Imperio dispusiera de tecnología para realizar llamadas de teléfono holográficas entre planetas que se encuentran a años luz de distancia pero nadie hubiera descubierto cómo fabricar cazas TIE o Ala-X a control remoto.
04. A estas alturas ya deberían saber que no podrán escapar de la guerra huyendo a esconderse en sus casas. Ni tampoco podrán hacerlo sus amigos ni sus familias. En la Tierra no hay dónde esconderse. Estas criaturas, sean lo que sean, vienen para exterminarnos a todos. Si no los detenemos, la humanidad dejará de existir.
05. Cuando empiece la invasión, los reclutas civiles de todo el mundo podrán utilizar sus dispositivos de videojuegos para controlar el ejército de drones mediante la tecnología de enlace de comunicación cuántica instantánea, que conseguimos gracias al enemigo. Esta red global de drones militares de defensa es la única esperanza para superar todas las adversidades que nos esperan.
06. Entonces todas se quedaron en negro y mi cápsula de control de drones se apagó por completo, lo que sumió la pequeña estancia en una oscuridad total. Desde algún lugar por encima de mí, llegó el sonido apagado de la explosión atómica de un núcleo de energía, seguido de un terrible retumbar que solo podía significar que varios pisos de la base se estaban derrumbando.
07. La jugabilidad simple y de estilo retro de ambos títulos era fácil de aprender y sencilla para los jugadores esporádicos, pero también escalaba y era tan dinámica como para presentar un reto a otros como yo, que jugábamos todos los días. Además, ambos juegos tenían unos valores de producción de la hostia y se podían jugar en cualquier plataforma moderna, incluyendo teléfonos inteligentes y tabletas.
08. En cada una de las cartas que abría, mi padre repetía las mismas disculpas, recordando y lamentando cada Navidad o cumpleaños que se perdía. Para él, todo momento importante de mi niñez y mi adolescencia había sido un arma de doble filo. Le alegraba ver cómo me iba convirtiendo en adulto, a pesar de estar tan lejos. Pero esa alegría siempre estaba teñida por la amarga agonía de sentir que se lo estaba perdiendo todo y del daño que hacía su ausencia.
09. Como casi todas las especies malvadas de invasores alienígenas de la historia de la ciencia ficción, de alguna manera los sobrukai habían conseguido desarrollar su tecnología lo suficiente como para construir gigantescas naves de guerra capaces de cruzar el espacio interestelar. Pero, aun así, no eran tan inteligentes como para terraformar un mundo sin vida de modo que cubriera sus necesidades y así no tener que pasarlas canutas intentando conquistar uno ya habitado, sobre todo si estaba habitado por miles de millones de simios con armamento nuclear a los que no hacían mucha gracia las visitas.
10. Había realizado aquella maniobra cientos de veces en los combates aéreos simulados y tenía comprobado que, si la sincronización me salía bien, funcionaba como un reloj, ya que las naves enemigas siempre reaccionaban de la misma manera, como suele ocurrir en los videojuegos. Pero ¿Por qué había funcionado una táctica como aquella en el mundo real? Si de verdad eran drones de combate alienígenas controlados por seres vivos que habitaban en las profundidades oceánicas de Europa, a más de quinientos millones de kilómetros, ¿Por qué volar y combatir de la misma manera que sus homólogos en el videojuego?
11. Me escribía sobre su vida diaria como piloto de drones de élite en la estación lunar Alfa. Me contaba con detalle las batallas en las que participaba cada año durante la oposición de Júpiter. Sobre las esperanzas que tenía puestas en la victoria y el miedo a la guerra que estaba por venir. Mi padre usaba a menudo esa frase en las cartas. "La guerra que está por venir". Me hizo darme cuenta de lo terrible que había sido para él tener aquel conflicto siempre metido en la cabeza durante tantos años. Había pasado toda su vida adulta con aquella terrible carga, con la certeza de que el final de todas las cosas estaba cada vez más cerca a cada segundo que pasaba.