Frases de Ámsterdam

Ámsterdam

20 frases de Ámsterdam (Amsterdam) de Ian Mcewan... Molly Lane ha muerto. En su entierro se encuentran los hombres más importantes de su vida: un músico famoso, un periodista, un político de derecha y su poderoso marido... ¿Qué los une? Una feroz fábula moral.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Ian Mcewan son: hipocresía de la política, música, franqueza, periódicos, responsabilidad, fábula, amistad, traición, relaciones humanas.

Frases de Ian Mcewan Libros de Ian Mcewan

Frases de Ámsterdam Ian Mcewan

01. Uno de esos brotes ocasionales de miedo a la muerte...


02. Esos bastardos melindrosos...Son capaces de perderlo todo antes que aceptar un mísero y jodido cambio de política. No viven en el mundo real.


03. ¿No te estás volviendo comodón y de derechas en la madurez?


04. Pero la beligerancia no resultaba de gran ayuda para la concentración, como tampoco las tres ginebras y la botella de vino.


05. ¿Era aburrimiento o sadismo lo que hacía que los operarios que empaquetaban las camisas ataran, del primero al último, todos los botones?


06. A veces les sucede a quienes rumian en exceso alguna injusticia: que el gusto por la venganza se alía muy oportunamente con el sentimiento del deber.


07. Trabajaría toda la noche y dormiría hasta la hora del almuerzo. En realidad no había mucho más que hacer. Haz algo, y muere.


08. Y otra vez las carreteras, nuevas carreteras que surcaban el espacio impúdica, interminablemente, como si lo único que importara fuera estar lejos, en cualquier otra parte.


09. Había también días como aquél, en que no pensaba sino en la música misma y se le hacía difícil estar fuera de casa.


10. En ciertos aspectos el periodismo se asemejaba a la ciencia: las mejores ideas eran las que sobrevivían a -y eran fortalecidas por- una inteligente oposición.


11. Sabía por experiencia que redactar y enviar una carta cuando uno está fuera de sí no hacía sino poner un arma en manos de su enemigo.


12. (...) Pero para entonces ya no era una jovencita, ni su amante. Eran camaradas, demasiado irónicos el uno con el otro como para sentir pasión; y les gustaba sentirse libres para poder hablar con franqueza de sus asuntos amorosos.


13. En lo que concernía al bienestar de cualquier otra forma viviente sobre la tierra, el proyecto humano no sólo era un fracaso sino un inmenso error desde su inicio mismo.


14. La gravedad apacible no era en absoluto su estilo, que siempre había sido menesteroso y adusto, ávido de gustar pero incapaz de ejercer con naturalidad la simpatía. Una pesada carga de los inmensamente ricos.


15. Ya no era la furia lo que le movía, ni la aversión ni el odio, ni la necesidad de cumplir su palabra. Lo que estaba a punto de hacer era contractualmente correcto, y poseía la amoral inevitabilidad de la pura geometría.


16. (...) Sintió una pesada responsabilidad ( ¿O era poder? ). La vida de un hombre, o al menos su carrera, estaba en sus manos. Y quién sabe..., acaso estaba en situación de hacer que el futuro de su país cambiara a mejor. Y que cambiara asimismo el futuro de la difusión de su periódico.


17. Lo intentaba día tras día: pequeños esbozos, osadas fintas, pero no lograba sino fragmentos, "citas" -ligera o concienzudamente disfrazadas- de su obra anterior. Nada afloraba libre -en su propio lenguaje, con su propia autoridad-, capaz de ofrecer el elemento de sorpresa que habría de constituir una garantía de originalidad.


18. En este periódico los gerundios hacen oficio de gerundios, y nunca de otra cosa, y en especial en un editorial, por el amor de Dios...Y "mayoría"...-Dejó la frase en suspenso, para crear un efecto teatral, mientras simulaba buscar en el texto que tenía delante-. "Mayoría" exige un verbo en singular o en plural, depende. ¿Vamos a tener bien claras de una vez por todas estas normas?

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