01. El destino de un hombre puede estar henchido de significado; el de algunos centenares no tanto; pero la historia de miles y millones de hombres nada significa, en el sentido literal del término.
02. ¡Si cada constructor que viene aquí pudiera marcharse cuando se le antojara, yo tendría que esperar eternamente la satisfacción de mis deseos! ¡Se quedarán y me confeccionarán monstruos para la caza!
03. ¡Qué hermosa era! Y yo, terriblemente preciso, aún en sueños, acechando los movimientos del sol, esperando ver aparecer el hoyuelo en aquel sitio insólito, un poco por debajo de la comisura de los labios.
04. Por razones morales soy un ateo, por razones morales. Usted le reconoce a un creador su creación y preparar el mundo para ello, yo prefiero no seguir ese camino creado por alguien que cree que otro lo creo.
05. ¿Resignarse entonces a la idea de ser un reloj que mide el transcurso del tiempo, ya descompuesto, ya reparado, y cuyo mecanismo tan pronto como el constructor lo pone en marcha, engendra desesperación y amor?
06. El hombre, a pesar de las apariencias, no inventa metas. El tiempo, la época, se las imponen. El hombre puede someterse a una época o sublevarse, pero el objeto aceptado o rechazado le viene siempre del exterior.
07. La solarística, escribía muntius, es la religión de la era cósmica; Una fe disfrazada de ciencia. El Contacto, la meta de la solarística, no es menos vago y oscuro que la comunión de los santos o la vuelta del mesías.
08. ¿Una montaña es acaso un guijarro enorme? ¿Un planeta es por ventura una montaña gigantesca? Uno seguía teniendo la libertad de elegir su terminología, pero la nueva escala de magnitudes introducía normas y fenómenos nuevos.
09. (...) No tenemos necesidad de otros mundos. Lo que necesitamos son espejos. No sabemos qué hacer con otros mundos. Un solo mundo, nuestro mundo, nos basta, pero no nos gusta como es. Buscamos una imagen ideal de nuestro propio mundo.
10. Vi a través de la serie de habitaciones la silueta de un hombre; Era un robot nacarado, sin rostro; Su tronco brillaba débilmente, algo ardía en su interior, como una lamparilla ante la imagen de un santo; Una pequeña llama de color granate.
11. Yo tampoco conozco el porvenir. Ni siquiera puedo asegurarte que te querré siempre. (...) ¿Y si mañana me transformaran en una medusa verde? Nada depende de nosotros. Pero tomar hoy una decisión depende sí de nosotros. ¡Decidamos estar juntos!
12. El hombre se había lanzado al descubrimiento de otros mundos y otras civilizaciones, sin haber explorado íntegramente sus propios abismos, ese laberinto de oscuros pasadizos y cámaras secretas, sin haber penetrado en el misterio de las puertas que él mismo ha condenado.