Frases de Rubén Darío - Página 5

01. Buscad en la naturaleza el secreto de la poesía. Ella os dará los elementos inertes y los elementos vivos de los afectos. Ella es cielo, aire y tierra: ella es hombre y mujer, luz y amor, ciencia y virtud, color y armonía... escala misteriosa que remata en Dios. "Azul" (1888)

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02. No gusto de "moldes", nuevos ni viejos... Mi verso ha nacido siempre con su cuerpo y su alma, y no le he aplicado ninguna clase de ortopedia. He, sí, cantado aires antiguos; y he querido ir hacia el porvenir, siempre bajo el divino imperio de la música -música de las ideas, música del verbo. "El canto errante" (1907)

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03. He acariciado a la gran naturaleza, y he buscado al calor del ideal, el verso que está en el astro en el fondo del cielo, y el que está en la perla en lo profundo del océano. ¡He querido ser pujante! Porque viene el tiempo de las grandes revoluciones, con un Mesías todo luz, todo agitación y potencia, y es preciso recibir su espíritu con el poema que sea arco triunfal, de estrofas de acero, de estrofas de oro, de estrofas de amor. "Azul" (1888)

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Rubén Darío

Rubén Darío
  • 18 de enero de 1867
  • Matagalpa,Nicaragua
  • 6 de febrero de 1916
  • León, Nicaragua

Escritor, poeta, periodista y diplomático nicaragüense, autor de "Azul" (1888), "Prosas profanas y otros poemas" (1896), "Cantos de vida y esperanza" (1905), "El canto errante" (1907) y "Todo al vuelo" (1912).

Sobre Rubén Darío

Rubén Darío nace en un matrimonio por conveniencia que se separa luego de su nacimiento y no tienen más contacto con él, siendo criado por los tíos de su madre, Bernarda Sarmiento y el coronel Félix Ramírez.

Durante su niñez asistió a varias escuelas de su ciudad natal, terminando sus estudios en una escuela jesuita (1880).

Lector y escritor precoz, Rubén Darío comenzó a publicar poemas en 1880 en el diario "El Termómetro" y más tarde en la revista literaria "El Ensayo".

Tras unos años trabajando en la Biblioteca Nacional de Managua, Rubén Darío se traslada a Chile y comienza a trabajar en el diario "La Época" de Santiago de Chile y luego en "El Heraldo" (1887).

Nuevamente en Nicaragua, forma parte de la delegación de ese país envía a España con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de América, manteniendo una intensa vida social en Europa.

En 1893 Rubén Darío es designado cónsul honorífico de Colombia en Buenos Aires (Argentina), permaneciendo en el cargo uno años, para luego trasladarse a Europa nuevamente y trabajar como corresponsal periodístico.

Tras estallar la Primera Guerra Mundial (1914-1918), viaja hacia América con la idea de defender el pacifismo, falleciendo en su cuidad natal en 1916.

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