Frases de Irene Némirovsky (página 2 de 4)
29. No hay nada que comprender...El mundo está regido por leyes que no se han hecho ni para nosotros ni contra nosotros. "Suite francesa" (2004)
30. No me arrebates nunca la felicidad, amor mío, porque si me dejaras, creo que ya no podría vivir solo como antes. "El malentendido" (1923)
31. Admiraba la belleza, la felicidad de aquellas chicas, pero no las envidiaba, como no habría envidiado a las figuras de un cuadro. "Los perros y los lobos" (1940)
32. ¿Qué me hace este país? Ya que me rechaza, considerémoslo fríamente, observémoslo mientras pierde el honor y la vida. "Suite francesa" (2004)
33. El amor conyugal tiene un poder sobrehumano. Como dice la Iglesia, es un gran misterio. No es lo único misterioso en el amor. "El ardor en la sangre" (2007)
34. Hay que tener un corazón más desprendido. Ante la vida, tienes que ser como un acreedor generoso, no como un ávido usurero. "Los perros y los lobos" (1940)
35. En el fondo, todas las pasiones son trágicas, todos los deseos están malditos, porque siempre conseguimos menos de lo que soñábamos. "Jezabel" (1936)
36. Un amor secreto, encerrado en el corazón durante mucho tiempo, se vuelve amargo al envejecer, se pudre y se transforma en agrio resentimiento. "Jezabel" (1936)
37. La sangre me ardía en las venas cuando pensaba en aquel mundo inmenso que vivía la vida mientras yo seguía aquí. "El ardor en la sangre" (2007)
38. El dinero, los vestidos y los coches bonitos, ¿de qué servía todo eso sin un hombre en tu vida, un pretendiente, un joven amante? "El baile" (1930)
39. (...) Porque a algunos Dios les da caminos seguros y tranquilos, mientras que a otros se les abre a cada paso un precipicio bajo los pies. "Los perros y los lobos" (1940)
40. (...) Y de pronto la visión del lector se eleva: ya no hay un solo rostro, una sola alma. Descubre la multiplicidad de los moldes. "Suite francesa" (2004)
41. En ningún sitio es tan cierto como aquí el proverbio oriental que dice que los días se arrastran y los años vuelan. "El ardor en la sangre" (2007)
42. Como a todo, a amar también se aprende, y esa técnica ya no cambia... Y se emplea, pese a uno mismo, con mujeres diferentes... "El vino de la soledad" (1935)
43. Sólo la música es capaz de abolir las diferencias de idioma o costumbres de dos seres humanos y tocar algo indestructible en su interior. "Suite francesa" (2004)
44. En el fondo, seguía siendo, y siempre sería, una niña tímida que sólo se sentía a gusto en una soledad montaraz. "Los perros y los lobos" (1940)
45. Fue un segundo, un destello inaprensible mientras se cruzaban "en el camino de la vida"; una iba a llegar, y la otra a hundirse en la sombra. "El baile" (1930)
46. Sucios egoístas; soy yo la que quiere vivir, yo, yo; yo soy joven...Me están robando, me roban mi parte de felicidad en la tierra... "El baile" (1930)
47. Aquella amistad entre el alemán y ella, aquel secreto compartido, un mundo oculto en el seno de aquella casa hostil, ¡Qué dulce era, Dios mío! "Suite francesa" (2004)
48. Se sentía maniatado tanto por la servidumbre de los sentidos como por la mera costumbre. Experimentaba el miedo a una soledad aún más amarga, irremediable... "El vino de la soledad" (1935)
49. "¿De verdad eres feliz? ¿Es todo exactamente como habías soñado?" Pero, en definitiva, ¿Acaso no conocía ella aquella ansia insaciable de felicidad que lo devoraba? "Los perros y los lobos" (1940)
50. (...) En unos cuantos años, empezaré a querer, como la mayor felicidad posible en este mundo, tener una batería de cocina, o un armario repleto de vestidos... "Los perros y los lobos" (1940)
51. Lo que une o separa a los seres humanos no es el idioma, las leyes, las costumbres ni los principios, sino la manera de coger el cuchillo y el tenedor. "Suite francesa" (2004)
52. Los hombres que te han querido a los veinte años y siguen viendo en tus facciones actuales tu cara de los veinte años, esos hombres no tienen precio. "Jezabel" (1936)
53. Una muchedumbre de pequeño burgueses atestaban las aceras, por las que avanzaban sin prisa, con el rostro iluminado por una expresión de paz, de beatífica satisfacción. "El malentendido" (1923)
54. (...) Probablemente no estaba dispuesta a renunciar a su vida libre y caprichosa ni a todas las ventajas de esa libertad. Su prometido se convirtió en su amante. ¿Es eso exacto? "Jezabel" (1936)
55. ¡Ah, cómo odio vuestros melindres de europeos! Lo que denomináis éxito, victoria, amor, odio, ¡Yo lo llamo dinero! ¡Se trata de otra palabra para designar las mismas cosas! "Suite francesa" (2004)
56. Una novela tiene que parecerse a una calle llena de desconocidos por la que pasan no más de dos o tres personajes a los que se conoce a fondo. "Suite francesa" (2004)