Frases de Guillaume Apollinaire (página 2 de 2)
26. Cuando todo el mundo ya estaba a bordo soltamos amarras y algunos muertos se pusieron a remar con tanta energía como los vivos. "Alcoholes" (1913)
27. Acérquense al borde, les dijo. No podemos, tenemos miedo, contestaron. Acérquense al borde, repitió. Y se acercaron. Él los empujó...Y levantaron vuelo.
28. Tenía continuamente en la boca esta máxima, pronunciada por uno de sus antepasados: "Todo se vende; todo se compra; basta con ponerle precio". "Las once mil vergas" (1907)
29. Oh puertas de tu cuerpo, son nueve y las he abierto todas. Oh puertas de tu cuerpo, son nueve y para mí se han vuelto a cerrar todas. "El bestiario o el cortejo de Orfeo" (1911)
30. Era una hermosísima muchacha de la nobleza polaca. Tenía una voz tan dulce como la de los ángeles y, al oírla, los heridos volvían hacia ella sus ojos moribundos, creyendo ver a la Virgen. "Las once mil vergas" (1907)
31. Reconócete esta adorable persona eres tú debajo de un gran sombrero Canotier ojos nariz boca este es el óvalo de tu rostro tu exquisito cuello por fin, también la imagen de tu busto adorado visto como a través de una nube. Lo que bate, un poco más abajo, es tu corazón. "Caligramas" (1918)
32. Señorita, no he hecho más que veros por primera vez y, loco de amor, he sentido mis órganos genitales dirigirse hacia vuestra belleza soberana y me he enardecido como si hubiera bebido un vaso de raki. – ¿Dónde? ¿Dónde? –Pongo mi fortuna y mi amor a vuestros pies. Si os tuviera en una cama, os probaría mi pasión veinte veces seguidas. ¡Que las once mil vírgenes o incluso que once mil vergas me castiguen si miento! "Las once mil vergas" (1907)